Luis del Val

LA COLUMNA

Luis del Val

Periodista y escritor


La comunista intransigente

31/12/2024

La ministra de Sanidad, Mónica García -médica y madre, como se suele presentar- es fiel a su padre comunista, pero en lugar de inclinarse por un comunismo vintage y nostálgico, ha reciclado su comunismo hacia el modelo Podemos, más evolucionado, donde las dictaduras proletarias tipo Maduro, no suelen exhibir ni a Lenin, ni a Stalin, aunque los resultados sociológicos sean bastante semejantes.
De las plazas ministeriales que Pedro I, El Mentiroso, dispuso para Podemos, una de ellas le correspondió a la Excelentísima Señora doña Mónica García, quien no ocultó nunca su aversión a la Medicina Privada. Antes de ser ministra ya denunció por desfalco de cerca de 3.000 millones al PP de Madrid, sin que hasta ahora sepamos en qué ha quedado la denuncia. Pero no está muy claro si está en contra de la Medicina Privada o que gestione la Sanidad alguien del PP, porque cuando se habilitó el Zendal, durante la pandemia, estuvo en contra de la construcción del hospital, marcando un hito histórico: una médica en contra de habilitar más espacios hospitalarios. Naturalmente no fue debido a que siempre le derrotó Isabel Díaz Ayuso en las elecciones, sino por razones que algún día conoceremos.
Por cierto, la colaboración entre la Sanidad privada y la pública, en Madrid, funcionó de manera intensa y positiva durante la pandemia, y salvó muchas vidas.
Ahora, en su lucha por borrar la medicina privada, que existe en todos los países de la Unión Europea, va a culminar la desintegración de Muface, que no nos va a ahorrar dinero, y aumentará las listas de espera. No sabemos si será medio millón, o un millón de funcionarios, los que aterrizarán cuando Muface se deshaga, pero influirá en que algunos pacientes no puedan ni siquiera perder la paciencia, porque desgraciadamente fallecerán, antes de poder ser atendidos.
Espero que el divorcio de la señora ministra no fuera debido a que su ex-marido ingresara 200.000 euros anuales, de una empresa capitalista, y tuviera un seguro médico privado. Es cierto que Marx nos advirtió de las contradicciones capitalistas, pero las contradicciones comunistas no son menores. ¡Ah! Y cuando la sanidad pública deriva un enfermo a un hospital privado, a los españoles nos cuesta esa cama diaria, menos dinero. A lo mejor, el truco es que los ejecutivos, como su ex-marido, se esfuerzan en rentabilizar los recursos.