El segoviano que llevó personalmente ayuda a Ucrania

Nacho Sáez
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Juanfran Martín publica un libro que recoge la experiencia: "Me ha enseñado dignidad".

En el interior de un restaurante que recibió el impacto de un misil. - Foto: Foto cedida por Juanfran Martín

Roman, Serguei, Yuri y Vlad ejemplifican la heroica lucha de Ucrania contra la invasión de Rusia. Los dos primeros eran dos empresarios de la construcción que tenían más de 1.000 trabajadores a su cargo, que edificaban 400.000 metros cuadrados de viviendas al año y que combaten en el frente. Yuri y Vlad, mientras, representaban a partidos políticos diferentes y se han convertido en soldados en busca de la libertad. Lo cuenta el segoviano Juanfran Martín en su libro, 'Ucrania. El triángulo del valor', que acaba de publicar coincidiendo con el segundo aniversario del comienzo de esta guerra. Un conflicto bélico que a él le ha enseñado «dignidad» y que le ha sumergido en la experiencia más dramática e intensa de su vida. A pesar de que llegó a estar en una cárcel de Qatar.

Director de La 8 León de Castilla y León Televisión, se dejó guiar una vez más por su carácter inquieto. «Algunas veces los medios de comunicación perdemos la percepción y nos dedicamos a informar sin implicarnos. Aquí había llegado el momento de implicarnos porque se daban las circunstancias. Teníamos un cliente con camiones para transporte internacional y la ayuda para Ucrania estaba parada en León. Esta empresa estaba dispuesta a llevar el material y nosotros a enseñar al mundo -que era algo que nadie había hecho- que la ayuda llegaba de verdad», cuenta este antiguo futbolista y directivo de la Gimnástica Segoviana.

La tarea estuvo repleta de dificultades. «Polonia estaba completamente colapsada de ayuda. Los camiones no llegaban a fronteras, se quedaban parados, así que decidimos hacerlo a través de Eslovaquia. Y aquí es donde aparecen personas que son las que te hacen que cambie el rumbo del destino. Son ucranianos que tenían contactos políticos en Kiev. Me ponen en contacto con ellos y ahí desarrollamos una capacidad de comunicación entre ellos y nuestra televisión increíble. Ellos quedaron completamente perplejos de que un medio de comunicación estuviera atreviéndose a visualizar la llegada de la ayuda». El resultado fue que 75 toneladas de material pudieron llegar a Kiev y más de 3.000 familias se vieron beneficiadas.

Haciendo una entrevista en Ucrania.Haciendo una entrevista en Ucrania. - Foto: Foto cedida por Juanfran Martín

Paralelamente los micrófonos y las cámaras de Castilla y León Televisión recopilaron contenido suficiente para producir una película, 54 programas y varias retransmisiones en directo. «Me impactó el ímpetu que tenían los ucranianos para intentar normalizar sus vidas.  En un hotel con más de 200 habitaciones en el que solo estaban ocupadas la de mi jefe técnico y la mía, todos los empleados estaban trabajando. Y hemos visto casos de niños increíbles. Recuerdo uno de seis años que llevaba un mes sin que le cambiaran de ropa porque tenían miedo de tener que salir corriendo y que estuviera desnudo. Lo lavaban con la ropa puesta».

El drama continúa en Ucrania mientras el mundo ha apartado la mirada. «Me da rabia que la gente se acostumbre a las guerras. A esta y a cualquier otra. Creo que a veces la gente no se da cuenta de lo cercano que está, de lo fácil que es llegar a esa situación. Estamos hablando del límite de Europa», enfatiza Juanfran, que ha recibido la medalla de honor del Ayuntamiento de Kiev por su labor al frente de una aventura en la que han estado implicadas más de 200 personas. «Decidí también hacer una asociación que se llama Iniciativas Europeas por Ucrania. Todo junto hace que te sientas satisfecho porque todo lo que has hecho tiene sentido. Por un lado hemos ayudado y, por otro, nuestro medio de comunicación consiguió exclusivas que nadie en el mundo había conseguido». Ya preparada el siguiente viaje, que será en abril, y está decidido a seguir ayudando. «Cuando uno hace algo por obligación o por imagen, tiene un límite. Pero cuando lo haces de corazón, no hay límite», concluye este segoviano.