Los conductores denunciados en los últimos meses en el semáforo de fotorrojo de la polémica en San Rafael pueden respirar aliviados. La Dirección General de Tráfico solo les cobrará la primera multa que hayan recibido. El resto quedarán archivadas. El jefe provincial de Tráfico, Pedro Pastor, justifica la decisión por una «disfunción» en la notificación de las denuncias a los infractores. Había decenas de vecinos afectados y algunos con más de una decena de multas. Pastor recalca que el radar funciona correctamente y que la medida de gracia no afectará a quienes hayan cometido nuevas infracciones a partir del momento en que el aluvión de denuncias salió a la luz pública.
Vanesa López, vecina de San Rafael, recibió 17 durante los primeros días de septiembre. Habían pasado meses desde que había cometido la infracción, cuando la DGT suele tardar en notificarlas entre una y tres semanas. En este semáforo de fotorrojo de San Rafael, el exceso de confianza de sus vecinos se convirtió en uno de sus pecados. Tráfico instaló en 2015 el radar, que se basa en la captación de imágenes antes y después del paso del semáforo. Si éste es rebasado en rojo, descifra la matrícula del vehículo infractor y envía la notificación de forma automática al centro de tratamiento de denuncias automatizadas. Solo se abre si el vehículo circula por debajo de 50 kilómetros por hora. Sin embargo, nunca hasta hace unas semanas había denunciado las infracciones.
Fuentes de la Jefatura Provincial de Tráfico indican que en estos últimos meses ha cazado a alrededor de 4.000 conductores y que ha notificado un millar de denuncias. Hasta el alcalde de El Espinar, Javier Figueredo, había recibido una propuesta de sanción. Algunos vecinos, más de una decena. La sanción conlleva la pérdida de cuatro puntos y el pago de 200 euros (100 por pronto pago). Un drama para los más infractores.
«Al contrario de lo que la gente cree, el objetivo fundamental de las denuncias es modificar actitudes en la conducción que resultan peligrosas. Como las denuncias llegaron todas juntas, la gente no ha tenido opción a cambiar su actitud, así que se va a mantener la primera denuncia y las demás se van a sobreseer», explica el jefe provincial de Tráfico, que no obstante alerta de la gravedad de las infracciones cometidas. «No hace falta que incidamos mucho en que saltarse un semáforo en rojo, esté donde esté, es peligroso».
La DGT tiene previsto remitir una carta a todos los afectados para informarles de la medida adoptada. Quienes ya hubieran pagado las denuncias podrán reclamar la devolución de todas menos la primera, pero Tráfico insiste en que no perdonará a quienes hayan cometido infracciones después de que lo ocurrido saliera publicado incluso en medios de comunicación de carácter nacional. «Me voy a volver a acercar para hacer mis comprobaciones propias, pero ya se ha comprobado y el semáforo funciona bien. Creo que la gente entiende que se va a poner en amarillo y pasa», remarca el jefe provincial de Tráfico.
Un grupo de vecinos de El Espinar se ha unido para presentar alegaciones a la DGT. Insisten en que el semáforo ha funcionado de manera deficiente y solicitan la anulación de todos los expedientes hasta el 22 de septiembre, «fecha en que los técnicos de la DGT estuvieron equilibrando el semáfoto».