Una primavera difícil para los alérgicos

M.Galindo
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El buen tiempo y las lluvias aumentarán la prevalencia de alérgenos como las gramíneas y las cupresáceas, y los alergólogos recomiendan prevenir factores de riesgo.

Las pruebas para inmunoterapias alérgicas son fundamentales para un buen tratamiento. - Foto: Rosa Blanco

Tos seca, lagrimeo de ojos, mucosidad y una sensación de malestar caracterizan algunos de los síntomas que miles de personas comienzan a padecer cuando finaliza el invierno y que anuncian la aparición de las alergias primaverales. Los datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) indican que  más de un tercio de la población mundial pueda presentar alergia respiratoria en unas décadas, constituyendo los pólenes una de las sensibilizaciones más relevantes. En el centro peninsular son especialmente relevantes los pólenes de las gramíneas, olivo, plátano de sombra y cupresáceas.


En el servicio de Alergología del Hospital General comienza ya a notarse el aumento de pacientes en las tres consultas, que atienden diariamente una media entre 15 y 20 personas, cantidad que en las semanas de mayor incidencia de las alergias aumenta en función de la prevalencia. Mercedes Fuentes, alergóloga del complejo hospitalario señala como las más prevalentes las relacionadas con el polen de gramíneas, que suscitan la parte más importante de los casos que se atienden, aunque seguidas muy de cerca con el de las cupresáceas, procedente de especies como el ciprés, la arizónica o el enebro.

El buen tiempo y las lluvias «si no hace mucho calor y no se secan mucho las plantas nos va a dar una primavera importante para los alérgicos, que van a sufrir bastantes síntomas», asegura la alergóloga, que pone de manifiesto también la progresiva aparición de alergias relacionadas con la afección de pólenes de fresno y encinas; especies que abundan mucho en Segovia.

Quizá sean estas las alergias más frecuentes en la provincia, pero Mercedes Fuentes pone de manifiesto los problemas relacionados con alérgenos como los ácaros o las esporas de hongos, que afectan en muchos casos a pacientes en el medio rural. Sobre este aspecto, precisa que se dan muchos casos relacionados con alergias a los ácaros de almacén, surgidas en espacios cerrados en los que se almacena el grano u otras plantas herbáceas.

Pese a ello, la alergóloga asegura que las alergias se comportan de forma muy distinta en el medio urbano y en el medio rural. Así , en las grandes ciudades «los pólenes son más agresivos porque se vuelven más alergénicos y tienen mayor potencia, mientras que en el campo el agricultor que se pone a segar en época de gramíneas puede tener muchos síntomas».

Por otra parte, destaca el creciente número de casos de alergias alimentarias, en su mayoría vinculadas a la sensibilidad polínica de los pacientes, que hace que determinados productos - principalmente vegetales- desarrollen síntomas que conviene tratar. En este sentido, frutas y frutos secos son los principales causantes de las alergias, sin olvidar los problemas generados por alimentos como el pescado, la leche o el huevo. 

Para llevar a cabo un correcto diagnóstico, la doctora Fuentes recomienda que ante la aparición de los primeros síntomas, el paciente se dirija a su médico de familia para la detección del problema y el inicio del protocolo especializado en su tratamiento.

Así, señala el valor de la inmunoterapia, lo que el común de la población conoce popularmente como las 'vacunas' que llevan un estudio previo para conocer cuál es el alérgeno que produce los síntomas y su posterior tratamiento.

Sobre este aspecto, precisa la importancia de no dejar a un lado el tratamiento y dar por sentado que las alergias «son el mal de la primavera y que se pasan con el buen tiempo».  «Hay que tener en cuenta que de una rinitis alérgica se puede pasar a un asma, que es una  enfermedad más importante que puede causar problemas importantes en la función pulmonar», asegura.  Además, asegura que la inmunoterapia alérgica «es cada vez más precisa gracias a la investigación y  funciona cada vez mejor, y se complementa con la aparición de nuevos fármacos biológicos que tienen menos efectos secundarios que los corticoides y que dan mayor calidad de vida a los pacientes».

Análisis de la incidencia

La temporada de alergias en España se espera que tenga una incidencia variada en función de la zona del país. De este modo, las previsiones de la SEAIC indican que la alergia será moderada e intensa en el centro y sur del país, en las comunidades autónomas de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, la Comunidad de Madrid y puntos de Andalucía. En concreto, en provincias como Madrid, Toledo, Sevilla, Jaén Badajoz y Cáceres se van a registrar los índices más elevados con entre 6.000 y hasta 12.000 granos de polen por metro cúbico (g/m3).
En el centro peninsular, los datos de la SEAIC indican que su incidencia será variable en cuanto a la concentración de gramíneas. En Castilla y León la primavera será moderada, menos en la zona de Segovia, que se prevé intensa. También en algunos puntos de Castilla-La Mancha, como Ciudad Real y Toledo, será muy intensa, como en Madrid.
En el primer trimestre del año se ha observado un comportamiento atípico de la polinización de las plantas cupresáceas, características de esta época. Las inusuales altas temperaturas vividas desde finales de enero han provocado un adelanto de los picos de polinización.

Sin embargo, para poder determinar la intensidad de la primavera de esteaño en las diferentes zonas geográficas, el Comité de Aerobiología Clínica de la SEAIC ha utilizado los datos de temperatura, precipitaciones y humedad suministrados por la Agencia Estatal de Meteorología junto con los datos históricos de pólenes de gramíneas de las diferentes estaciones de la Red de Captadores de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica y asesorados por el Área de Estadística e Investigación Operativa de la Universidad de Castilla La Mancha.

Factores externos

Por otra parte el cambio climático afecta en el momento, la dispersión, la cantidad y la calidad de los alérgenos, así como en la distribución y en la gravedad de las enfermedades alérgicas. El aumento de las temperaturas y la falta de precipitaciones se han posicionado como factores determinantes en el momento y la forma de polinización de las plantas, influyendo así en la sintomatología de los pacientes alérgicos. Por su parte, la contaminación también se ha consolidado como un factor con repercusiones determinantes en las enfermedades alérgicas al afectar al momento, dispersión, cantidad y calidad de los aeroalérgenos, y la distribución y gravedad de las enfermedades alérgicas. «Hemos observado un aumento de la sensibilidad a los alérgenos y un agravamiento de los síntomas de los pacientes alérgicos. Además, las partículas contaminantes pueden irritar la mucosa nasal, la piel y la conjuntiva ocular, de modo que los alérgenos penetren con mucha más facilidad», señala la profesora Carmen Andreu, secretaria de la SEAIC.