«Nuestra idea es presentar un presupuesto nuevo que tenemos muy avanzado, pero todo apunta que habrá que ir a una prórroga presupuestaria». El consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, puso ayer voz a lo que era un secreto a voces: Castilla y León no tendrá nuevo presupuesto el 1 de enero de 2024. De producirse, sería la cuarta prórroga presupuestaria que afronta la Comunidad en los últimos seis años, y que se uniría a las de 2019, 2020 y 2022. Un extremo que el también portavoz autonómico ya había deslizado con anterioridad pero que este martes verbalizó durante un acto en la provincia de León. Este hecho convertirá, casi con toda seguridad, a Castilla y León en la única comunidad de toda España que no empiece el año con un nuevo presupuesto.
Los motivos que utilizó el consejero para argumentar esta decisión fueron los de siempre, y señaló a la inconcreción de una serie de datos vitales, a su juicio, que sigue sin facilitar el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez. Las famosas cifras macroeconómicas –entregas a cuenta, límite de déficit y remuneraciones de los empleados públicos– siguen guardadas bajo llave en elMinisterio de Hacienda, y desde la Junta insisten en esperar a conocerlos antes de presentar los presupuestos del año que viene.
Fernández Carriedo recordó que la Junta ha pedido varios datos al Gobierno que «no ha podido entregar por estar en funciones», al tiempo que «todavía no se ha producido la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera, ni se tiene la cifra de entregas a cuenta, cómo se distribuye el déficit entre administraciones o cuál va a ser el incremento salarial empleados públicos». En definitiva, una serie de «indefiniciones» que «complican saber cuáles son las cifras del presupuesto», entre las que el consejero hizo alusión a «cómo abordar el perdón de la deuda a alguna Comunidad Autónoma, para la que se prevén 15.000 millones y 1.300 millones en intereses», lo que supone «todo el presupuesto de Castilla y León más 1.200 millones más», por lo que «no es una cifra pequeña para poder determinar cuál es la cifra del presupuesto para el próximo ejercicio».
En este escenario, Fernández Carriedo reconoció que «es muy complicado hacer presupuesto», a pesar de que en el caso de Castilla y León «está en una situación mejor que otras comunidades autónomas», por lo que dispone de «tiempo para disponer datos con precisión». «Nos importa más tener datos ajustados a la realidad que adelantarnos en una fase muy rápido para disponer de un presupuesto que no sabemos en qué condiciones o circunstancias va a estar soportado por la realidad o por los hechos que están ante nosotros en un momento de mucha indefinición», advirtió el consejero, que insistió en que el objetivo de la Junta es «presentar un presupuesto nuevo».