En la película 'La mala educación' de Pedro Almodóvar, el cineasta manchego recreaba el ambiente del colegio católico en el que estudiaban los dos protagonistas con una imagen en la que un joven seminarista componía una inverosímil figura al tratar de atajar como portero un tiro de uno de sus compañeros jugando al fútbol en el recreo. Con esta imagen, Almodóvar rendía un homenaje tácito al fotógrafo catalán Ramón Masats (1931-2024) autor de la fotografía «Seminario.Madrid.1960», considerado uno de los grandes renovadores de la fotografía española, cuya obra protagoniza la exposición «Visit Spain» con la que la Fundación Torreón de Lozoya abre su calendario de exposiciones de 2025 y que podrá verse en la Sala de Tapices del espacio cultural hasta el próximo 30 de abril.
La muestra, organizada por la Subdirección General de Museos Estatales del Ministerio de Cultura, llega a Segovia de la mano de la Fundación y de CaixaBank, y está comisariada por el fotógrafo Chema Conesa, que ha realizado la selección de fotografías investigando en el fondo de archivos de Masats, con el que compartía una gran amistad. Fue el propio Conesa - uno de los reporteros y editores gráficos más importantes del periodismo gráfico de los últimos 50 años - quien propuso a Masats poder investigar en su archivo de más de 1.500 negativos publicados e inéditos para poder compilar lo más notable de su obra fotográfica; un trabajo que el fotógrafo autorizó sin mucho entusiasmo. «Vas a perder el tiempo», fue la respuesta que recibió Conesa de Masats sobre su intención, aunque a medida que fueron apareciendo fotografías «él mismo se fue entusiasmando con lo que íbamos encontrando», según explica conesa.
En la exposición pueden verse gran parte de las fotos recuperadas del archivo, y Conesa señala que el 60 por ciento de las expuestas no han sido publicadas, lo que da un mayor valor a la exposición al ofrecer imágenes que forman parte de la peripecia artística de Masats. Al recorrer la exposición, el denominador común es el impacto que causan imágenes que forman parte de la realidad cotidiana de la España de los años 50 y 60 del pasado siglo, que el fotógrafo catalán plasmaba en sus reportajes documentales publicados en la revista 'Gaceta Ilustrada' o en las fotos realizadas por encargo del Plan Nacional de Turismo del Ministerio de Información y Turismo de la época que buscaban ofrecer la riqueza cultural y artística de España.
En este tiempo, Masats, junto a otros fotógrafos como Miserachs o Maspons, aprovechó esta oportunidad para captar la realidad de una nación que trataba de salir de la autarquía de la dictadura franquista ofreciendo imágenes con las que mostraba de forma irónica y descarada a veces pero siempre fiel a la realidad lo bueno y lo malo de la España de la época. Chema Conesa asegura que el principal valor del trabajo de Masats es «el instinto a la hora de plasmar las imágenes y el sincretismo a la hora de seleccionarlas». «Masats sabía que la fotografía no es inocente y que ofrece muchas miradas - asegura el comisario de la muestra-. Hay que opinar con la fotografía y el trabajo del fotógrafo es decidir que parte de la información se convierte en fotografía, y eso es algo que (Ramón Masats) siempre tuvo muy claro cuando se ponía detrás del objetivo».
A la vertiente periodística del trabajo de Masats, Conesa añade otras características definitivas de su obra, como el uso original de encuadres verticales y geométricos con una clara influencia de la corriente artística Bauhaus, lo que le hizo distinguirse rápidamente frente al resto de fotógrafos mas orientados al paisaje y al retrato al hacer sus trabajos fotográficos.
Tras un largo 'impasse' de 30 años, en los que dedicó su carrera al cine y a la televisión, Masats regresó a la fotografía en la década de los 80, siempre con el paisaje y el paisanaje español como motivación, pero siempre con el espíritu libre de un artista al que la realidad le inspiraba para cruzar el espejo y buscar sus matices.