Tras el resultado electoral de mayo en la capital segoviana, el Partido Popular recuperó la Alcaldía después de dos décadas pero con una mayoría de concejales insuficiente, a solo uno de la absoluta. La experiencia del mandato corporativo en la Diputación durante los cuatro años anteriores, cuando populares y Ciudadanos gobernaron conjuntamente y en aparente buena sintonía, abría la posibilidad de un acuerdo similar en el consistorio segoviano. Nada más lejos de la realidad. Han transcurrido más de tres meses desde la toma de posesión de José Mazarías y la relación con la portavoz de la formación naranja, Noemí Otero, no solo no ha caminado hacia esa previsible colaboración sino que se ha deteriorado con un cruce de declaraciones muy críticas entre ellos.
Otero, ahora en el Grupo Mixto junto a 'Segovia en Marcha' (Podemos y Alianza Verde), desmiente que haya utilizado un tono agresivo hacía el alcalde en sus declaraciones y afirma que lo que hace es «defender, quizá con un poco de vehemencia, o mucha vehemencia, los intereses de todos los segovianos, por encima de los intereses económicos de unos pocos».
Por otro lado, la concejala de Ciudadanos se ha mostrado sorprendida por las declaraciones del viceportavoz del Grupo Popular, Alejandro González-Salamanca, la semana pasada en esta misma publicación, donde en una entrevista aseguraba que el gobierno municipal quiere llegar a acuerdos con todos los grupos y, en ese sentido, él mismo y la portavoz del PP, Rosalía Serrano, habían hablado con Otero antes de las sesiones plenarias. «He tenido dos conversaciones en tres meses; por lo tanto, no pueden decir que hay un trato igual con todos los grupos. La realidad es que sus socios preferentes han sido el PSOE y VOX, y ha llegado la primera cuestión en la que tenían que negociar – por la fallida subida de retribuciones del alcalde, tenientes de alcalde y otros concejales – y no ha salido adelante. Es de primero de política que cuando no tienes mayoría, como ahora, lleves atados los acuerdos, y parece que no han entendido ni lo uno ni lo otro».
Después de una campaña electoral «respetuosa», en la que, dentro de la rivalidad política, «en la que teníamos que mostrar de alguna manera las debilidad es del contrario» pero en la que «no pasó absolutamente nada distinto a lo que puede ocurrir en cualquier campaña electoral», el resultado de Ciudadanos, que pasó de tres concejales a uno en Segovia pero mantuvo representatividad en un contexto muy difícil para la marca, puede servir, a juicio de su portavoz, para continuar haciendo oposición como en los dos mandatos anteriores, «porque siempre que ha habido algún proyecto interesante para la ciudad, quien ha gobernado ha tenido nuestro apoyo. Esa es una de las máximas de Ciudadanos, porque al final lo que pretendemos es ser útiles y responsables».
Tras la conversación con la portavoz del PP, hace unos días, después del pleno en el que el gobierno municipal retiró del orden del día la propuesta de modificación de sus retribuciones, Otero se encuentra a la expectativa: «me quiero quedar con que quieren cambiar la forma de trabajar y, a lo mejor, ojalá sea así, con ánimo de dialogar y negociar con todos. Vamos a ver cómo se pone en práctica».
Sobre un eventual acuerdo con los populares más adelante, Otero afirma que «estamos dispuestos a escuchar todas las propuestas y todas las opciones» pero cree que la iniciativa corresponde al alcalde.
Defiende la representatividad que respaldan los 1.500 votos que consiguió Cs en Segovia el pasado mayo pero sobre el futuro de la formación dice «no sé qué ocurrirá pero soy realista, está en horas bajas».
No oculta, sin embargo, que después de las expectativas abiertas por el cambio de gobierno en el Ayuntamiento de Segovia, después de 20 años de alcaldes y alcaldesas socialistas, «porque había ganas de cambios sustanciales, de renovación y de aire nuevo para modernizar la ciudad, hacer de Segovia una ciudad de futuro, para mí se está quedando vacío, no estoy encontrando el contenido que como ciudadana de a pie estábamos anhelando desde hace tantísimo tiempo». Confiesa una mezcla de sensaciones «por el cambio al que aspirábamos» y de «decepción» inicial.
Sin avances. Dice que Mazarías y su equipo llevan 100 días gobernando y ya no hay excusa, que nota falta de avances «en todos los niveles»: comercio, zonas industriales, movilidad, urbanismo – «las licencias no han mejorado ni un ápice, cada semana se conceden las mismas o menos que cuando gobernaban los socialistas» –, así como en lo que considera competencias esenciales de un ayuntamiento: pavimentaciones y acerado, alumbrado, abastecimiento de agua... Por otro lado, insta a los concejales populares «a ponerse con las ordenanzas fiscales, porque cuando se promete, como ellos, bajar impuestos y gestionar mejor, los segovianos queremos ver que es de verdad». Apunta la responsable de Cs a una contradicción entre lo que considera una paralización 'veraniega' del consistorio y que el alcalde saque pecho por un equipo «absolutamente preparado y absolutamente competente, con experiencia en administraciones públicas».