El concepto 'Més que un club', aplicado al Barça, tiene un trasfondo político y otro meramente deportivo: detrás de las siglas 'FCB' y de la inmensa sombra que proyecta uno de los equipos de fútbol más grandes del planeta, se esconde la mayor infraestructura en secciones deportivas del globo. Seis son profesionales (las dos de fútbol, masculina y femenina), baloncesto, balonmano, fútbol sala y hockey sobre patines… y las seis se proclamaron campeonas de sus respectivas Ligas en la temporada 2022/23, un hito sin precedentes en el mundo.
Las otras nueve (atletismo, patinaje, rugby, hockey sobre hierba, hockey hielo, fútbol indoor, fútbol playa, baloncesto en silla de ruedas y voleibol) son semiprofesionales o directamente 'amateurs', pero el escudo aparece en las camisetas de 1.500 deportistas, algunos de ellos de tanto renombre como la campeona olímpica de triple salto, Yulimar Rojas.
Pero la gloria tiene un precio y en este momento de recortes, palancas y asfixias financieras, Joan Laporta no está para ninguna concesión para las secciones: de celebrar el hito de los seis campeonatos se pasó casi inmediatamente al gran recorte. El club quiere adelgazar en al menos 15 millones de euros la inversión polideportiva.
El ADN
El Barça es un club polideportivo por voluntad de sus socios en el que la sección de fútbol masculina aporta prácticamente todos los recursos y ayuda a soportar una estructura mayoritariamente deficitaria. «Forman parte del ADN del club», es la frase con la que Joan Laporta las defendió con vehemencia en 2003, cuando accedió a la Presidencia por primera vez. Veinte años después, la entidad plantea un 'tijeretazo' próximo al 20 por ciento en sus secciones más fuertes, ajuste que esta semana ya se llevó por delante a Mirotic (cinco millones de salario) y al técnico, Jasikevicius: el lituano, con un sueldo aproximado de 3,5 millones de euros, no aceptó la rebaja salarial obligatoria que se le planteó. Roger Grimau, técnico de perfil bajo que estaba en el filial, sí encaja en el nuevo 'patrón' económico.
Desde 2010, según las cuentas del Barça, las secciones han supuesto un agujero de 540,80 millones de euros para el club, con picos como el de la 20/21, cuando las pérdidas acumuladas alcanzaron los 47,93 millones: más de la mitad de ellos, 29,84, correspondían a la sección de baloncesto, la que más presupuesto tiene por temporada (44 en la 22/23, 37 de ellos de masa salarial)… aunque con las salidas del último MVP de la Liga y del técnico (más las de Higgins, Sanli y Kuric) ya se habría cumplido un buen porcentaje del recorte.
El ahorro
En balonmano, donde los culés han sido dominadores absolutos de todos los títulos nacionales en los últimos 12 años, también verán mermado su presupuesto. Habrá una rebaja (de 10 a ocho, lejos de la docena que manejan PSG o Kiel) y salidas dolorosas como las de Fábregas, casi seguro Cindric… y la más significativa sería la de Gonzalo Pérez de Vargas, uno de los mejores porteros del mundo, que podría poner rumbo a Alemania.
El impacto será menor en el fútbol sala (5,6 millones de presupuesto) o el hockey patines (3,3), que podrán mantener su competitividad pese a los recortes. Para el resto de secciones, las 'amateurs', habrá una 'rebaja' de tres millones respecto a este curso, que se apreciará -por ejemplo-, en el voleibol: el equipo masculino no jugará la Superliga a pesar de ser séptimo (descenderá una categoría) y el femenino, que había logrado el ascenso en la cancha, renuncia a él en los despachos.
El oro de los títulos da la felicidad y motivos para presumir, pero no deja millones en las arcas blaugrana. Y la situación financiera del Barça obliga a ser un poquito 'menos' que 'més'.