El crecimiento del sector vitivinícola de la Comunidad en las últimas décadas es más que una evidencia, con nueve denominaciones de origen, tres de origen protegido, una indicación geográfica protegida y varios vinos de pago. Algunas de estas zonas tienen fama internacional y los caldos castellanos y leoneses se venden por todo el mundo. Por eso no es de extrañar que el viñedo haya sido uno de los cultivos que más se ha revalorizado en los últimos cuarenta años (fechas que las que se dispone de la evolución histórica del precio de la tierra), multiplicando por trece el coste por hectárea.
Las últimas cifras oficiales publicadas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación reflejan que la hectárea de viñedo de transformación de secano en 2022 estaba en los 20.189 euros. Un precio medio que ha ido escalando año tras año desde hace cuatro décadas. Desde 1983, la hectárea de viñedo se ha revalorizado por trece, ya que hace 40 años se pagaba en la Comunidad por este cultivo 1.533 euros por hectárea.
Un incremento que no siempre ha sido tan generalizado, ya que tuvo años de bajón entre 1991 y 1995, así como entre 2009 y 2010. A partir de entonces, dicho cultivo comenzó a dispararse de nuevo con una puntual caída entre 2020 y 2021 que se ha recuperado en 2022. De esta forma, la hectárea de viñedo creció un 3,1 por ciento entre el año pasado y el anterior, cuando se han pagado 550 euros más por hectárea.
A nivel nacional, alcanzó un precio de 16.795 euros por hectárea, según los datos recogidos en la Encuesta de Precios de la Tierra correspondiente a 2022, donde se aborda el escenario en la superficie dedicada al viñedo. Se trata de la cifra más alta de la serie histórica desde 1983, que supone un aumento de casi el dos por ciento respecto al dato de 2021, pagándose 310 euros más por hectárea.
Respecto a otras comunidades, la encuesta destaca los previos de las Islas Canarias, donde el precio por hectárea se sitúa en los 64.590 euros, situándose por delante del País Vasco y La Rioja. Por detrás de ellas Galicia (34.500 euros), Andalucía (23.121 euros) y Cataluña (19.296 euros).
Otras superficies.
La encuesta elaborada por el Ministerio también recoge el precio medio de otras clases de tierra como es el caso de los herbáceos y barbecho de secano, por los que en Castilla y León se pagó 6.937,28 euros en 2022, lo que supone un incremento del 4,7 por ciento. La subida fue menor en el caso de los herbáceos de regadío, con un 1,4 por ciento respecto a 2021, abonando un precio medio de 13.456,60 euros. En el caso de las tierras destinadas a aprovechamientos –prados y praderas permanentes y otras superficies para pastos– crecieron un 3,4 por ciento respecto a 2021.