La ciencia no se detiene y los retos de nuestra agricultura son cada vez más acuciantes. Es necesario poder trasladar lo más rápido posible los avances científicos al desarrollo de nuevas variedades de plantas. El campo español necesita urgentemente herramientas asequibles para hacer frente al cambio climático y que contribuyan a la sostenibilidad de la agricultura en nuestro país, como ya ocurre en muchos otros países que tienen reguladas estas técnicas. Variedades más eficientes en el uso de los recursos (como las que aguantan la sequía) o variedades resistentes a plagas y enfermedades (que además contribuyen a la reducción del uso de plaguicidas) pueden ser obtenidas mediante estas técnicas.
Y esta semana se ha dado un gran paso adelante. La Comisión Europea ha propuesto un nuevo marco regulatorio para la autorización de variedades de plantas derivadas de Nuevas Técnicas Genómicas (NGT), como la mutagénesis dirigida y la cisgénesis, diferenciándolas de los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) transgénicos clásicos. Bajo el nuevo régimen, las plantas de NGT de tipo convencional se regularían de forma muy similar a las plantas derivadas de los métodos actuales de obtención de variedades. La propuesta describe, además, un procedimiento de verificación para establecer el estatus regulatorio individual de las nuevas variedades.
Es un paso adelante en el camino que debe recorrer la agricultura europea para impulsar la sostenibilidad a través de la innovación. En el caso de España, esta iniciativa legislativa tiene el potencial para permitir mantener su liderazgo en I+D+i en obtención de nuevas variedades garantizando la seguridad de las semillas de alta calidad y apoyando la transición hacia un sistema agroalimentario resiliente y verdaderamente sostenible.
Han sido numerosas las asociaciones agroalimentarias, instituciones públicas y de investigación, ONG y organizaciones de agricultores que han expresado su apoyo a la propuesta de NGT. Más de treinta premios Nobel, incluidos los pioneros de CRISPR Emanuelle Charpentier y Jennifer Doudna, y miles de científicos firmaron una carta abierta instando al Comité de Medio Ambiente a que «rechacen la oscuridad del alarmismo anticientífico» y voten a favor de las NGT.
Tras los votos positivos de la Comisión de Agricultura primero, y ahora de la Comisión de Medio Ambiente, la propuesta se aprobará mediante votación plenaria en el mes de febrero.
ANOVE (Asociación Nacional de Obtentores Vegetales) ha querido hacer público su agradecimiento a todos los eurodiputados españoles miembros de la Comisión de Agricultura y de la Comisión de Medio Ambiente que han contribuido a alcanzar este resultado y confian en que las amplias mayorías en ambas comisiones serán confirmadas por todo el Parlamento en febrero.
Este resultado debería facilitar el acuerdo en el seno del Consejo de Ministros y poder avanzar rápidamente en los diálogos tripartitos para alcanzar un acuerdo final. Además, las NGT permitirán a muchas pymes y centros públicos españoles desarrollar nuevos programas de mejora, ya que su facilidad de aplicación permite trabajar con cultivos minoritarios o menos rentables económicamente, dado que se trata de procesos más cortos y mucho más baratos. Es una oportunidad para remarcar el liderazgo de nuestros investigadores y apoyar la colaboración público-privada en un campo que será clave para la lucha contra el calentamiento global en el futuro.
«Pérdida de competitividad».
Por su parte, el ministro español de Agricultura, Luis Planas, pidió el martes, con motivo de la reunión de ministros de Agricultura de la UE, avanzar en la legislación europea sobre nuevas técnicas genómicas en la agricultura y añadió que los retrasos en esa cuestión suponen "una pérdida de competitividad" para la producción agroalimentaria de la Unión Europea (UE) frente a Estados Unidos o el Reino Unido. "De todos los dosieres pendientes (antes de las elecciones a la Eurocámara de junio), este es uno en el cual tenemos que avanzar necesariamente como Unión Europea", declaró a su llegada a Bruselas.
El ministro reconoció que la legislación no estará "concluida" para las elecciones al Parlamento Europeo que se celebran el próximo junio, pero subrayó la importancia de avanzar en este primer semestre de 2024. "Cada mes que tenemos de retraso regulatorio respecto de Estados Unidos o del Reino Unido es una pérdida de competitividad para nuestra producción agroalimentaria. Y este es un tema fundamental porque es uno de los instrumentos clave para la adaptación de la producción alimentaria al cambio climático", advirtió.
Afortunadamente para el sector agrario, Bélgica, que preside el Consejo de la Unión Europea este semestre, quiere, en la misma línea que España, que los Veintisiete avancen hacia una legislación que permita desarrollar las técnicas genómicas en la agricultura. La idea es adaptar la actual legislación sobre organismos genéticamente modificados (OMG), redactada hace dos décadas, a la nueva realidad de las NGT para beneficio de los agricultores, los consumidores y el medio ambiente