De alguna manera, el mes de septiembre que está a punto de comenzar supondrá para el Ejecutivo de Pedro Sánchez un reinicio de legislatura. O más propiamente un volver a empezar de un convulsionado mandato donde el socialista estará obligado a caminar permanentemente en la cuerda floja.
El Gobierno cerró el pasado curso político en una situación de clara debilidad y dejó para estas fechas todo un rosario de asuntos pendientes.
El de mayor trascendencia fue el de tener que aparcar la aprobación de los Presupuestos Generales para el próximo ejercicio cuando sus socios de Junts rechazaron el techo de agosto y le obligaron a devolver las Cuentas al cajón.
Un revolcón al que se unió después la reforma de la Ley de Extranjería que Junts vetó y que Sánchez planteó como la mejor vía para solventar la saturación de migrantes que sufren las costas españolas, especialmente Canarias y Ceuta, y ordenar de esta forma un polémico reparto de menas por toda España.
Dos asuntos, en definitiva, que supusieron una enmienda a la gestión del Gobierno y le recuerdan al líder socialista que su mandato será muy complicado, andando siempre en el alambre como sus aliados del independentismo catalán la recuerdan recurrentemente cada dos por tres.
El jefe del Ejecutivo tendrá que afrontar este mes un vía crucis importante con asuntos de hondo calado. Sin lugar a dudas le espera un septiembre caliente, con varios escenarios abiertos para configurar una especie de tormenta perfecta en lo que a su hoja de ruta política se refiere.
Hasta ocho asignaturas pendientes de resolución tiene por delante Pedro Sánchez ¿o más bien se podrían definir como una pila de problemas para él? Sea como sea ese rosario de escollos desafiantes en su camino son estos:
1. Unas Cuentas aún pendientes de aprobar
A finales del pasado mes de julio, Junts demostró a Pedro Sánchez lo profunda que es su vulnerabilidad en esta legislatura, donde los independentistas tienen el poder de activarla o desactivarla en función de sus intereses. Los postconvergentes votaron en contra de la senda de estabilidad y del techo de gasto, el paso previo y necesario para aprobar los Presupuestos Generales del próximo año.
Fue una derrota política significativa para el Gobierno que intentará enmendar en este denso mes de septiembre, donde tiene muchos escollos que salvar.
El Ejecutivo reiteró esta misma semana que cumplirá con su obligación de presentar los Presupuestos para 2025 y que se aprobarán «en tiempo y forma», pese a que todavía no cuenta con una senda de estabilidad ni apoyos políticos garantizados, lo que deja un calendario tremendamente ajustado para las próximas semanas.
La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, confirmó que presentarán en las próximas semanas un plan económico que, según apuntó la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, del que ya tienen muy avanzado el «esqueleto».
Las futuras cuentas de 2025 serían las primeras de esta legislatura, ya que el Ejecutivo renunció a presentar las de 2024 por el complicado calendario electoral y optó por mantener prorrogadas las de 2023. No obstante, hay voces que auguran también una nueva prórroga de los Presupuestos Generales.
En todo caso, antes de zanjarlos el Gobierno tendrá que aprobar, de nuevo, la senda de estabilidad para el periodo 2025-2027, después de que la primera cayera en el Congreso con los votos negativos del PP, Vox y Junts.
2. El polémico pacto fiscal para Cataluña
Esquerra dejó claro al PSOE que para que pudiese contar con sus 20 votos y poder investir a Salvador Illa como presidente de la Generalitat, el precio era una nueva «financiación singular» para Cataluña semejante a la del País Vasco. Como otras veces en una situación similar, el Gobierno cedió y abrió la caja de los truenos con el resto de regiones que le acusaron (incluso las del PSOE) de romper el principio de solidaridad territorial.
Ahora está por comprobar de qué manera piensa cumplirlo el presidente sin reformar la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas, conocida como LOFCA. La norma, evidentemente puede cambiarse, pero a nadie se le escapa que Pedro Sánchez no tiene los 176 votos que necesitaría para modificarla. Ni siquiera cuenta con todos los de su coalición. Sumar está compuesto por formaciones minoritarias como Compromís, que ya adelantaron su rechazo si no había un trato igualitario. Si el envite iba en serio o era un nuevo brindis al sol es una incógnita a despejar este mismo mes.
Lo cierto es que el pacto fiscal catalán ha sublevado a la gran mayoría de las Comunidades. Por lo pronto, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ya levantó el telón al nuevo curso político reuniendo a sus barones para asegurarse un frente común sin fisuras, consciente de que el Gobierno intentará jugar al divide y vencerás, prometiendo también financiaciones «singulares» para otras regiones.
El peaje a ERC, además, ha generado malestar y dudas en todas las federaciones socialistas y queda por ver como digerirá Junts ese movimiento para hacer presidente a Salvador Illa. Un peaje que condicionará ahora todo el debate político.
3 La inmigración irregular: una bomba de espoleta retardada a punto de estallar
El año pasado por la Ruta Canaria llegaron a la isla 40.000 inmigrantes irregulares y este 2024 se superará esa cifra con creces. La llegada masiva de sin papeles ha colapsado a las islas y desborda ya las fronteras de Ceuta. Es un problema de Estado con mayúsculas que amenaza con dar un tinte dramático a la legislatura.
Pedro Sánchez se reunió días atrás con el presidente de Canarias y a mitad de esta semana inició un viaje a Mauritania, Senegal y Gambia para intentar frenar el éxodo de pateras.
Lo más urgente para el presidente es retomar la reforma de la Ley de Extranjería, que el Congreso tumbó en julio con los votos del PP, Junts y de Vox. En este asunto tendrá que pactar con los populares: los menores son competencia de las comunidades autónomas y la mayoría están en manos del PP, así que parece que sólo con la colaboración de Génova la reforma de la Ley de Extranjería podría consensuarse y luego aprobarse.
4. No escapa del cerco judicial con el 'caso Koldo' y las causas a su mujer y su hermano
En el ámbito judicial, Pedro Sáncez tiene todo un miura enfrente. Pese a sus esfuerzos, no ha podido desactivar la causa abierta contra su mujer, Begoña Gómez, investigada por presunto tráfico de influencias y corrupción ni tampoco la investigación a su hermano, David Sánchez (también conocido como David Azagra) que tiene abiertas diligencias por presuntos delitos de malversación, prevaricación y tráfico de influencias. A su vez, el líder del Ejecutivo se querelló en julio contra el juez que lleva la causa de su esposa por prevaricación. Una decisión que puede estallarle si el Tribunal de Justicia de Madrid la archiva, como apuntan algunos expertos.
Por si todo esto fuera poco, sigue sin apagarse el caso Koldo por la presunta trama corrupta en la compra de mascarillas en la pandemia. Un asunto al que ahora se añade el enfado del exministro José Luis Ábalos, tras quedar señalado por la auditoría de Transportes, que amenaza con no votar con los socialistas.
5. La alargada sombra del fugado Puigdemont le persigue sin pausa
A Pedro Sánchez le encantaría a estas alturas tener bajo control a Carles Puigdemont, pero el expresidente de la Generalitat sigue echado al monte.
Todo augura que saldrá aún más entronizado del congreso que Junts celebrará a finales de octubre y que incluso azuzará a su partido para afilar la estrategia de confrontación, máxime tras la investidura de Illa que le desplazó a él de la Generalitat.
Para Junts empieza ahora un tiempo nuevo y parece que de rebelión profunda. Saben que tienen en sus manos la legislatura y que, como dijeron, pueden hacer sudar sangre a Sánchez cuando quieran. Sólo queda una pregunta ¿le apretarán tan fuerte como para ahogarlo?
6. El discutido plan de acción democrática
Cuando comenzaron a proliferar las informaciones sobre su mujer y sus causas judiciales, Sánchez se ufanó ante sus socios parlamentarios de que iba a sacar un plan que denominó en ocasiones como acción democrática y en otras como de regeneración democrática. En ese momento, la urgencia nacional era combatir los bulos y el fango que, a su juicio, fomentaban la distorsión y el engaño a la ciudadanía.
Nunca dijo claramente en que iba a consistir ni cual sería el criterio perfecto para distinguir entre un bulo y una noticia.
Es algo que tiene pendiente de concretar pero sus socios le presionarán porque Sánchez abrió la caja de Pandora con este asunto en el que Sumar, ERC, Bildu y compañía quieren mucho más que aumentar la transparencia.
7. La amnistía aún colea y Sánchez no logra silenciar las voces críticas
Sánchez tampoco ha sido capaz de soterrar las críticas de la cuestionada ley de amnistía que borró los delitos del procés y concedió un paraguas de impunidad a todos los implicados.
Fue aprobada en junio pero quedan muchos flecos pendientes en su particular vía crucis judicial. Los delitos contemplados en la norma no quedan sin efecto de forma inmediata, se necesita una resolución judicial de los jueces y tribunales que lleven los casos. Además, los órganos judiciales pueden presentar recursos que suspendan la aplicación de la ley y numerosas autonomías -la última la de Castilla y León esta semana- la han recurrido apelando al Tribunal Constitucional.
8. Todo un rosario de renovaciones abiertas
El amplio capítulo de renovaciones pendientes que dependen del Ejecutivo es otro asunto que aguarda al líder socialista. El Gobierno pretende dejar resuelto cuanto antes la renovación del gobernador y la subgobernadora del Banco de España, para lo que busca un acuerdo con el PP. Tenían previsto hacerlo antes de las vacaciones, aprovechando los vientos favorables de la renovación del Poder Judicial, pero los socialistas propusieron al ministro José Luis Escrivá, y el PP se negó. Si hay entendimiento, lo previsible es que también se produzca en la Comisión Nacional del Mercado de Valores. La renovación de la mitad del Consejo de Administración de RTVE también toca por ley, pero no parece algo muy cercano.