El Gobierno local del Ayuntamiento de Segovia informaba la semana pasada de una batería de iniciativas dirigidas a «revitalizar el eje comercial entre la plaza de la Universidad y el Azoguejo», dentro de uno de los dos proyectos que ha presentado a la convocatoria de 2023 de fondos UE para el apoyo a mercados, zonas urbanas comerciales y canales de comercialización. Y efectivamente, sobre un presupuesto de 1,2 millones, contando ya de inicio con que la reurbanización de Blanca de Silos está valorada en 685.000 euros, o la cubrición parcial de la plaza de Somorrostro en 96.800, más del 70% se invertiría en el entorno de Santa Eulalia, que cuenta por decenas los comercios cerrados tanto en esa calle como en Muerte y Vida, SanFrancisco, parte de José Zorrilla... Pero el resto de medidas se extendería también por la avenida del Acueducto, donde cada día se ven más persianas bajadas (aparte de pintadas), y por el recinto amurallado hasta el Alcázar: desde trampantojos de vinilo para reducir el impacto visual de los locales cerrados más degradados hasta mobiliario urbano inteligente repartido por todo el ámbito de actuación, así como medios digitales para los comercios.
La iniciativa de los trampantojos, sin ser de las más importantes por coste (18.150 euros, IVA incluido) ni por beneficio directo para el comercio, puede resultar de las más llamativas a pie de calle. Consiste en revestir con vinilos decorativos escaparates de locales cerrados cuya dejadez, después de demasiado tiempo sin uso, ha derivado en una degradación estética que perjudica la imagen de los negocios del mismo entorno que sí están activos. Una idea que empezó a aplicarse hace más de una década por espacios sin actividad en centros comerciales de todo el país y que se ha ido extendiendo por distintas capitales.
En el proyecto se contempla revestir así unos 50 locales no sólo de Santa Eulalia, sino de todo el ámbito de actuación delimitado, en el que se contabilizan 511 actividades comerciales con establecimiento fijo, el 36,62% de las que hay en la ciudad (1.407), según datos del IAE revisados por el Ayuntamiento.
Trampantojos y tótems, entre las medidas a favor del comercioEstos trampantojos tienen una durabilidad de siete u ocho años, en teoría, aunque, obviamente, si hubiera emprendedores dispuestos a alquilarlos, se destaparían de nuevo.
En cuanto al mobiliario urbano, se prevén tres escaparates digitales, tal y como se les denomina en el proyecto. Son unos tótems con pantallas digitales, LCD, para divulgar contenidos promocionales u otra información de interés para los visitantes, y también prestarían servicio wifi. En principio, se ubicarían en el Azoguejo, la Plaza Mayor y al lado del Alcázar. Su coste, 42.650 euros.
Asimismo, se plantea la colocación de diez bancos (por 24.200 euros) con placas solares que alimenten puntos de recarga (dos USB dobles) para dispositivos móviles. Se repartirían tanto por calles de Santa Eulalia como por distintos puntos del entorno comercial del Acueducto y el recinto amurallado.
También se proponen smart lockers: espacios habilitados como consigna para mantener productos en zona de refrigerado y de no refrigerado, pensando en ciudadanos, y sobre todo turistas, que quieran dejar allí compras mientras siguen paseando por la zona. Su coste se estima en 31.460 euros y dentro de la documentación, por ahora, sólo se recoge habilitar uno de estos espacios en el mercado de Los Huertos.
Respecto a acciones relacionadas con la digitalización del sector comercial, tanto a pie de calle como a través de internet, la partida global supera los 200.000 euros. El principal objetivo fijado de inicio pasa por dotar de web y perfil en redes sociales a 30 comercios que todavía no se hayan desarrollado por la vía virtual ni a ese nivel; para 20 comercios que ya tengan web, pero más bien básica, se les facilitaría la creación de tiendas online; y para 10 comercios que ya tengan también tiendas online, un kit de ciberseguridad.
Menos desconocidas son las intenciones de cubrir la zona del parque infantil de la plaza del Somorrostro con una cubierta textil, a la vez que se ajardina el área y se le dota de elementos de mobiliario urbano como alguno de los bancos con punto de recarga. Una iniciativa que ya formaba parte de otra versión de este proyecto que se presentó a la convocatoria de 2022 de esta misma línea de fondos UE de apoyo al comercio, y que se quedó sin financiación al no alcanzar la puntuación necesaria.
BLANCA DE SILOS. En aquel proyecto del año pasado también iba el ascensor de San Millán, que ahora se ha decidido fiar a la financiación municipal, mientras que se ha incorporado el proyecto de reurbanización de la calle Blanca de Silos, que ya estaba redactado antes de esta convocatoria de fondos UE. Se renovarían por completo los 290 metros de vía que enlaza la plaza de la Universidad con la de Somorrostro, con cambio de tuberías y redes, soterramiento de cables, asfalto en lugar de adoquín y nuevo mobiliario.
Por otro lado, también hay campañas de comercio sostenible y de promoción que aún no se han definido con detalle en el proyecto, a la espera de que primero, dentro de unos meses, el Ministerio de Industria resuelva la convocatoria y se vea si Segovia, esta vez, consigue la financiación que pretende, de hasta el 80% del presupuesto.
Igualmente, tampoco puede olvidarse el otro proyecto que opta otra vez a esta misma línea de ayudas, el que contiene las inversiones comerciales con fondos UE que más valoraba el año pasado el Gobierno local, relativas a la reforma y modernización de los mercados municipales de La Albuera y Los Huertos. Incluyendo más acciones de digitalización y promoción, el presupuesto supera los 2,4 millones, ya que de paso se ha colocado el proyecto de remodelación de los aseos públicos de la Plaza Mayor, como una inversión más relacionada con el apoyo al comercio para tratar de justificarla. Por pedir que no quede, aunque lo de recibir algo está por verse de aquí a unos meses.