Hoy seguimos mirando con horror y buenos deseos a Valencia, pero no podemos perder de vista el otro lado del Atlántico, donde se van a celebrar unas elecciones que tendrán repercusión mundial. En realidad, siempre lo tuvieron los comicios de Estados Unidos, aunque creo que ahora es algo bastante distinto. Las disensiones, broncas y choques entre republicanos y demócratas, los dos únicos partidos que pueden alcanzar la Casa Blanca, fueron, como en toda democracia, algo corriente y natural, el lógico juego entre dos opciones que optan al máximo poder. Discrepaban, mas se respetaban. La democracia, las normas, las leyes estaban por encima de sus rivalidades y polémicas. Sin embargo, en estos momentos, hoy mismo, las cosas han cambiado mucho. Trump ya no respeta nada. Lo ha demostrado sobradamente. El ejemplo más palpable es su mitin y sus manipulaciones para que una muchedumbre radicalizada asaltara el Congreso estadounidense para impedir la victoria de Joe Biden contra el propio Trump. Ha sido condenado varias veces, tiene procesos judiciales en marcha, ha insultado y amenazado a todo aquel que se le ponga por delante, niega lo ya demostrado de muchas de sus acciones pasadas… Bueno, pues este personaje puede volver a dirigir durante otros cuatro interminables años la política norteamericana, que es tanto como el mundo. ¿Qué podemos esperar? Mejor no hacer cábalas y el que crea, que rece. Putin, Orban, el dictador norcoreano y otros ilustras demócratas se frotan las manos ante una posible victoria de don Donald. ¿Por qué? Es difícil de entender. ¿Será porque añoran la guerra fría, la división del mundo en bloques enfrentados que solo reporten intereses de todo tipo a ambas partes? No es fácil saberlo. Lo que no es complicado es adivinar que este planeta será muy distinto si gana Trump o si vence la demócrata Kamala Harris. Conviene no olvidarlo, aunque hoy continuemos con la vista, y el alma, pendientes de Valencia y de aquella tragedia, pero si gana Trump, la tragedia puede ser eterna. Tanto que algunos expertos hablan ya de posible III Guerra Mundial. Para no dormir.