La Plaza Mayor de Segovia acogerá del 27 de febrero al 20 de marzo la exposición itinerante de Fundación 'la Caixa' que lleva por nombre 'Nikola Tesla, genio de la electricidad moderna'.
El gobierno municipal ha aprobado un convenio de colaboración con la Caixa para llevar a cabo esta actividad de carácter cultural, cuyos contenidos se instalarán en dos unidades desplegables a partir del 24 de febrero.
En esta exposición ahonda en la vida de este precursor de la tecnología moderna: idealista, polifacético y visionario, considerado una figura clave en la historia de la ciencia.
La muestra sobre Tesla (Smiljan, actual Croacia, 1856 - Nueva York, 1943) cuenta con el sello del Museo Nikola Tesla de Belgrado, entidad oficialmente depositaria del legado de quien está considerado padre de la corriente alterna como fuente de energía, del motor de inducción o de la transmisión inalámbrica de la energía, aunque Edison y otros se apropiaron del mérito de sus inventos.
Con esta muestra coproducida, Fundación 'la Caixa' reconoce la tarea del genial inventor serbio, de manera que los visitantes podrán ver módulos electromecánicos que permiten reproducir el funcionamiento de los aparatos e ingenios ideados por Tesla para entender de manera didáctica y clara algunos de los principios físicos que se esconden tras sus creaciones.
Tesla fue un auténtico pionero en ramas de la ciencia y las tecnologías que ya se encontraban en expansión, pero también en otras que aún tardarían años en ser tomadas en consideración, como la robótica o las comunicaciones interplanetarias. De Tesla, existen documentadas 280 patentes en 26 países diferentes, pero se sospecha que existen otras aún no identificadas.
A pesar de su genialidad y su visión, Tesla no estaba dotado de una gran perspicacia para los negocios y fue plagiado por algunos de sus contemporáneos. Tras décadas de aportaciones relevantes en varios campos científicos, algunas de las cuales terminaron por arruinarlo, murió en soledad y fue prácticamente olvidado durante años, a pesar de que más tarde se convirtió en un icono popular rodeado de algunas teorías conspiratorias inverosímiles.
La exposición, que pudo verse primero en formato de sala en el Museo de la Ciencia CosmoCaixa y en diversos CaixaForum, se ha adaptado ahora a un formato itinerante que está recorriendo desde noviembre pasado numerosas ciudades de España y Portugal.
Recorrido. La muestra realiza un recorrido por la vida de Tesla y por los avances tecnológicos que éste impulsó en orden cronológico, comenzando por su nacimiento en 1856, que estuvo rodeado de una aureola de leyenda por haber nacido durante una tormenta eléctrica de verano, lo que algunos interpretaron como un augurio extraordinario.
En la exposición se explica, también, que la curiosidad por los fenómenos eléctricos se despertó en él siendo muy pequeño, cuando la electricidad estática produjo unas chispas ruidosas mientras mimaba a su gato debido al roce de su mano. De joven, empezó los estudios de ingeniería eléctrica en la Escuela Politécnica de Graz y allí ideó nuevos tipos de motor.
Muy pronto, el verano de 1883, cuando ya trabajaba para la Continental Edison Company, filial europea de una de las compañías de Edison, Tesla presentó su primer gran invento, el motor de inducción, que recogía una de sus ideas más obsesivas: construir un motor que funcionase utilizando un campo magnético rotativo como fuerza motriz y no con un conmutador y escobillas, como funcionaban los motores eléctricos de la época.
El motor de inducción magnética de Tesla está basado en el hecho de que, tal y como había demostrado Faraday, la electricidad y el magnetismo son las dos caras de una misma moneda, dos manifestaciones de la fuerza electromagnética íntimamente relacionadas.
Tesla no consiguió ayuda financiera para poder desarrollar su revolucionario motor de inducción y, por ese motivo, el ingeniero decidió abandonar Europa en busca de oportunidades. En 1884 en Nueva York empezó a trabajar para Edison Machine Works.
Allí trabajó en la mejora de la red de alumbrado de la ciudad. Su relación con Edison se enturbió cuando este se negó a cumplir sus promesas económicas, motivo por el cual Tesla dimitió y fundó su propia compañía, la Tesla Electric Light & Manufacturing, donde comenzó un periodo de grandes dificultades económicas que le generaron gran inseguridad y una fuerte depresión.
Centró toda su atención en desarrollar el potencial de la corriente alterna, que es aquella en la que la intensidad y el voltaje varían en función del tiempo con una determinada frecuencia, a diferencia de la corriente continua, que mantiene su intensidad y voltaje a lo largo del tiempo, como sucede con una batería o una pila.
El magnate George Westinghouse estaba tan interesado en desarrollar las aplicaciones comerciales de la corriente alterna que llegó a adquirir los derechos de uso de siete patentes de Tesla, quien empezó a trabajar en la Westinghouse Electric & Manufacturing Company en un momento de competencia feroz entre compañías.
Edison, alarmado por la tecnología de Tesla, que amenazaba sus intereses en un campo que él mismo había creado, inició una lucha de relaciones públicas. La polémica registró episodios de auténtico juego sucio.
Dos episodios marcaron el final de la guerra de las corrientes, la Exposición Universal Colombina de Chicago (1893), que concedió a Westinghouse los derechos de producción de la energía eléctrica para el funcionamiento de la maquinaria y el alumbrado del acontecimiento. Además, bajo la asesoría de Tesla, Westinghouse Electric consiguió el contrato para construir un sistema de generación de corriente alterna de dos fases en las cataratas del Niágara.
Puesto que las investigaciones de Tesla en sus laboratorios neoyorquinos lo llevaron a desarrollar generadores cada vez más potentes, de millones de voltios, que podían resultar peligrosos en el ámbito urbano, en 1899 estableció su laboratorio en las afueras de Colorado Springs, donde llevó a cabo estudios sobre las propiedades conductoras de la atmósfera terrestre.
Su sueño era aprovechar las características físicas de la Tierra para obtener energía en cualquier lugar de forma gratuita. En aquella etapa, Tesla desarrolló su concepto del Sistema Mundial de Transmisión de mensajes, telefonía e imágenes facsímiles, una idea revolucionaria y muy avanzada a su tiempo, embrión de lo que muchos años después acabaría siendo Internet.
En 1900 Tesla volvió a Nueva York y se instaló en un hotel con la intención de encontrar inversores para su idea. En marzo del 1901 consiguió 150.000 dólares del magnate John P. Morgan a cambio del 51% de las patentes generadas y empezó a planificar la instalación de la Torre Wardenclyffe, un transmisor de proporciones gigantescas que se vio superado cuando Marconi, en diciembre de ese año, consiguió imponer su sistema al transmitir con éxito una señal de radio desde Inglaterra hasta Terranova.
Los inversores abandonaron el proyecto de la Torre Wardenclyffe para apoyar a Marconi. Los visitantes conocerán los inventos creados por Tesla con posterioridad a este episodio, que ocasionó su ruina. Murió en 1943, a los 86 años, en un hotel de la ciudad de Nueva York.