Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Debate nominativo

21/03/2025

A todos los políticos les encanta el uso de eufemismos, de perífrasis para tratar de disimular la realidad a pesar de que los ciudadanos saben lo que se esconde detrás de esos circunloquios y las consecuencias que tienen, pero les gusta enredarse en esos debates nominativos con los que tratan de parecer lo que no son y evitar las consideraciones negativas. No es lo mismo ser el presidente que apoya el rearme de la Unión Europea que un líder preocupado por garantizar la seguridad de sus ciudadanos. Aunque ambos asuntos se encuentren imbricados y el primer concepto sea la base para hacer efectivo el segundo. 

Al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no le gusta 'en absoluto' que el plan de defensa europeo para afrontar la nueva realidad del desprecio de Donald Trump hacia la defensa europea se titule ReARM Europe (Rearmar Europa) por sus connotaciones bélicas que tantos problemas le causan en una doble dirección, la conceptual sobre la necesidad de ampliar la noción de defensa al de la seguridad que abarca desde la lucha contra la guerra híbrida a la defensa de las fronteras, y económica porque a la ciudadanía la posibilidad de que el incremento del gasto en defensa le suponga una desinversión en los servicios sociales no le suena nada bien, a lo que se suma una cierta cultura del 'no a la guerra' y del 'no a la OTAN' que parece desfasada e insolidaria con los países que ven la amenaza rusa como una realidad.

Le guste o no a Pedro Sánchez, y a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que tiene el mismo problema porque sus socios de gobierno no están en sintonía con la política común de la UE a este respecto, de lo que hablan Los Veintisiete es de rearmarse, de comprar sistemas de armas de forma conjunta, de hacerlo preferentemente en Europa, y de que se financie mediante la combinación de las ayudas europeas con la relajación de las normas fiscales y del gasto público,. para que los países cumplan con el compromiso de aumentar -en el caso de España de forma sustancial- el gasto en defensa.

Como se acaba de comprobar en el Congreso con las votaciones sobre los planes de aumentar el gasto militar y reforzar la seguridad europea, el PSOE y sus socios en el Gobierno y en el Parlamento han votado de forma opuesta y las mociones que habían presentado en este primer debate han sido rechazadas por el voto conjunto de socialistas, populares y las derechas nacionalistas del PNV y Junts. Es decir, que al mismo tiempo que Pedro Sánchez vuelve a demostrar su debilidad y la inestabilidad de su Gobierno, España, como país se ha demostrado un socio fiable de la política de defensa europea porque el bipartidismo en este caso ha vuelto a funcionar, lo mismo que el eje derecha- izquierda, y la confluencia de los dos partidos que presumen de tener sentido de Estado y de la responsabilidad ante los compromisos que es preciso asumir por la nueva situación creada por la pinza Trump-Putin.

Qué el PP haya salvado las votaciones y se haya puesto del lado del resto de los países conservadores europeos no empece para que una vez más haya denunciado ante los miembros de su familia política que Pedro Sánchez se encuentra en una situación de extrema debilidad y que debe convocar elecciones si no cuenta con unos Presupuestos Generales o no lleva al Congreso el debate sobre el incremento del gasto en defensa.