Los caprichos del calendario y la condición semanal de este su periódico hace que esta edición que hoy tiene en su mano, amable lector, sea la última de este malhadado año que apura sus últimos días. Digo lo de malhadado porque 2024 pasará a la historia como el año en el que la furia de la Dana encogió el corazón de España al golpear con extrema violencia en varias zonas de Levante, Andalucía y Castilla La Mancha dejando tras de sí muerte y destrucción.

Con las víctimas de esta tragedia en el recuerdo, afrontamos un año 2025 cargado de retos y oportunidades, y a buen seguro, muchas de ellas se convertirán en realidades si el esfuerzo común de la sociedad consiguen llevarlas a buen puerto. En Segovia no son pocos los que quedan pendientes, y confío en que el bien común prevalezca sobre cualquier otro tipo de intereses para que a finales del año que estrenaremos el próximo miércoles podamos brindar por su consecución o por su encauzamiento definitivo y positivo.

En materia industrial y económica, sería una buena noticia que 2025 fuera el año de la consolidación de proyectos como el desarrollo del suelo industrial en Los Hitales y que se despejen de forma definitiva las dudas sobre la creación del 'puerto seco', de manera que finalmente no sea una de esas entelequias que solamente cobran vida en los medios de comunicación y que terminan muriendo por la inanición administrativa (algo sabemos de eso ya por estos lares). Aqui, lo del bien común se antoja fundamental, y tanto desde la iniciativa privada como la pública deben buscar sinergias y acuerdos que permitan aprovechar una oportunidad decisiva para el desarrollo económico de una provincia con una dependencia excesiva del sector servicios.

El año venidero debería ser también el del despegue definitivo de infraestructuras necesarias para la ciudad en materia sanitaria y educativa. Así, será bueno ver avanzar el trabajo de las máquinas en el futuro nuevo complejo hospitalario, y que Nueva Segovia pueda ver ya casi la luz al final del túnel de su ansiado centro de salud ya en marcha y que en 2025 deberá estar ya casi terminado. Aún siendo menos optimistas en lo que se refiere al instituto de San Lorenzo, este desiderata no deja de ser una apuesta de confianza en que al menos podamos ver el desbloqueo de este proyecto y el encauzamiento definitivo de las obras.

El año venidero en la política municipal vendrá marcado por lo que suceda en el pleno de presupuestos que tiene lugar hoy viernes. La decisión de Ciudadanos de no apoyar las cuentas municipales, a la que se sumará el resto de grupos políticos de la oposición, pone contra las cuerdas al gobierno de Mazarías, que tendrá que prorrogar las cuentas de este año y, de esta manera, aplazar o posponer los proyectos previstos para 2025. Sin duda, este será el primer test de esfuerzo serio para el PP al frente del Ayuntamiento, que tendrá que poner a prueba toda su capacidad de gestión para sacar adelante la ciudad, ya que por la vía del diálogo no parece haber conseguido buenos resultados durante esta primera mitad de su mandato. Las previsiones no son muy halagüeñas, si tenemos en cuenta la escasa capacidad del equipo de Gobierno para alcanzar acuerdos con el resto de grupos políticos, y la negativa expresa de los que son más afines ideológicamente a buscar puntos de encuentro. Sin ánimo de ejercer como vidente – me falta talento y capacidad de análisis- en los próximos 12 meses veremos algunas escenas más de los desencuentros gobierno municipal-oposición, que confío en que no pasen de la esgrima verbal y lleven a otro tipo de decisiones.

La lista de deseos sería larga, y el espacio en esta pequeña atalaya no es muy grande. Le dejo a usted que añada algunos más o quite aquellos que no sean de su interés. Hagamos votos para que en el calendario de 2025 podamos ir tachando días, semanas y meses en los que el paso del tiempo pueda convertir en realidad todo aquello que sea bueno para la ciudad, sin olvidar que es una tarea que a todos nos concierne. ¡¡Feliz año, amigos!!