David Matarranz

Segovia Pasión

David Matarranz


El otro tren de Segovia

27/01/2025

El 23 de diciembre de 2007, la vida cambió en Segovia. Ese día se inauguró la línea de alta velocidad entre Madrid y Valladolid, y entró en servicio la nueva estación Segovia Guiomar, ubicada casi a la salida de la boca del nuevo túnel construido bajo la Sierra de Guadarrama.

Ese día la movilidad de los segovianos cambió. Tener la capital de España a menos de media hora, y a Valladolid en otro tanto, permitía vivir en Segovia y trabajar en la gran ciudad con rápido desplazamiento. En la actualidad son miles los segovianos, que cada mañana cogen el tren veloz para llegar a Chamartín para estudiar, trabajar, realizar gestiones o simplemente disfrutar de la abundante oferta comercial y de ocio que ofrece Madrid.
Si en el Siglo XIX, en 1863, Ávila le ganó la partida a Segovia al conseguir que la línea ferroviaria hacia el norte pasara por su ciudad, un siglo y pico después, Segovia después le devolvía la moneda, al ubicar en sus dominios, la línea y estación de tren veloz a los destinos del arco cantábrico. Esa circunstancia dejó a la ciudad amurallada fuera de los principales ejes ferroviarios de España.

La línea de alta velocidad dejaba así en un limbo la antigua línea de ferrocarril con final en la vieja estación de la Avenida de Obispo Quesada, que se inauguró en 1884. El viejo tren convencional pasaba a un segundo plano.
Lo cierto es que 2025, y contra todo pronóstico, sigue funcionando el tren regional o convencional, aunque de una manera un poco absurda. La línea que parte de la vieja estación conecta la capital por ferrocarril con Las Navillas, La Losa, Ortigosa del Monte, Otero de Herreros y hasta tres núcleos del municipio de El Espinar; como son Los Ángeles, la Estación de El Espinar y San Rafael; hasta llegar a Cercedilla donde conecta con la red de Cercanías de Madrid.

Decía absurda porque un breve análisis a sus horarios, hacen impensable que esta línea sea de utilidad para nadie. Son tres trenes diarios de ida desde Segovia a las 7:43, 14:44 y 20:44 horas; y otras combinaciones de retorno desde Atocha a las 11:01; 15:01 y 18 horas. Unas dos horas de trayecto desde Segovia hasta Atocha pero atravesando el eje de localidades paralelas a la autopista A6 y Madrid desde el Ramón y Cajal hasta Atocha con paradas intermedias. A esto se añade un transbordo en la estación de Cercedilla.

La cabeza pensante que ideó estos horarios parece buscar que nadie use este transporte. No sirve ni para conectar los pueblos de Segovia con la capital a primera hora de la mañana, ni para dar un servicio a los vecinos de El Espinar que podrían tener una buena alternativa para acceder a la Comunidad de Madrid por tren. Con una población en crecimiento, como demuestra los más de 10.000 habitantes censados y con quejas continuas por el mal funcionamiento de las líneas a autobús regular.

En esta lucha lleva tiempo el alcalde independiente de Ortigosa del Monte, Juan Carlos Cabrejas. Entiende que puede ser una buena alternativa de transporte para sus vecinos y localidades ubicadas en la línea. Sugiere mas frecuencias con un tren más pequeño, que se convierta casi en un tranvía. Con horarios pensados para que sean útiles para los vecinos que vienen y van a Segovia o Madrid. Algo que comparto. Y se me ocurre añadir un apeadero por ejemplo en Hontoria o en el barrio de la Fuentecilla.

Y porque no pedir que se la línea se incluya en la red de cercanías de Madrid, que solo desde Cercedilla cuenta con 19 frecuencias diarias. No es imposible, Guadalajara y Azuqueca de Henares, ya lo están.

Por velocidad, no puede competir con las líneas de alta velocidad, pero sí por servicio, precio y transporte medioambientalmente responsable. Y también por eficacia, ya que la línea está abierta y mantenida, que sea realmente útil, y también tendrá un uso si se lleva a buen término el puerto seco de Segovia por el tanto pelea la FES y el Ayuntamiento de Segovia.

Se pueden estudiar convenios con la Junta de Castilla y León, Diputación y municipios afectados, ahora que en toda España afloran proyectos de transporte ferroviario de cercanía y tranvías. Lo más caro lo tenemos, es la infraestructura. A ver si el ministro, Oscar Puente, obra el milagro. Se lo pasaré por sus redes a ver si cae premio.