Las primeras de Ferias de Mazarías al frente del Ayuntamiento de Segovia las califico con un notable. Por el resultado, y la participación de los segovianos. El afán de innovar y hacer más populares las celebraciones suma puntos, aunque el alcalde ha sido profesor, antes que alcalde, vamos con el capítulo de observaciones.
Ya dije hace quince días, que las Ferias de Segovia no son un desparrame, pero los segovianos siempre responden. Da igual la programación, que al final el segoviano coge la rebeca, y a lo que mande la programación del día. Y sino a dar una vuelta por el ferial, especialmente si en la familia hay niños.
Lo del mal tiempo… pues no se le puede achacar a la corporación. Qué hayamos vivido un San Pedro, con meteorología de marzo y calabobos, pues no es culpa de Mazarías, ni de Monroy, ni de los maños de Feria. Que caiga un buen chaparrón durante la semana de fiestas no es extraño, pero que el día de San Pedro amanezca como si fuera invierno, pues no es muy normal. En ese sentido se agradecen lo reflejos del ayuntamiento a la hora de suspender y reprogramar, lo que ha permitido unos días extra de fiesta.
El notable se lo gana porque las apuestas novedosas le han salido bien. Ya era hora, que daba hasta ternura, ver como el alcalde se topaba con un gafe en todas sus apuestas innovadoras. No sabemos si ha visitado a la bruja Lola, pero en las ferias se ha cargado las dos velas negras que tenía encima.
El nuevo recinto de conciertos del CIDE sirvió para que muchos segovianos conocieran un espacio que todos veíamos desde la carretera, pero que pocos habíamos pisado. Más de 3.000 personas en un espacio bien habilitado y apartado. El lugar evita molestias a vecinos y a la actividad de la ciudad. No voy a entrar en la elección de la selección musical de las fiestas, pues ese es un debate perdido. Es un caso similar a la lista de seleccionador nacional de fútbol. Todos echan en falta a grupos y les sobran otros. Sí que sugiero que si para el futuro se cobra entrada, se intente traer alguna gira de primer nivel de las actúan por toda España, pero de nuevo topamos con las dificultades económicas típicas de Segovia.
La otra gran apuesta fue la Feria de Día en el Paseo del Salón. Tiene mérito, pues es una iniciativa que llevan varios años intentando montar desde la hostelería segoviana. Me consta por conversaciones con Javier García Crespo "Miki", gerente de HOTUSE, que no es el primer año que se intenta, pero en este ha sido realidad. Es una buena alternativa para los hosteleros que no tienen un establecimiento en el Casco Antiguo, y así aprovechar para captar el negocio de las fiestas en el entorno de los actos programados.
La asistencia de público ha sido buena, a pesar de coincidir con los días de lluvia de las fiestas. Además los precios no fueron abusivos, y la calidad fue mucho mejor que las de los restaurantes ubicados en el recinto ferial, donde a excepción del Chiringuito de Rogero, el hostelero de San Cristóbal de Segovia que cada año monta su carpa en el Ferial, no compiten ni en calidad, ni precio.
Otros intentos me parecen meritorios, como intentar implicar a peñas y agrupaciones de los barrios a que participen activamente, o el vermú torero con charanga para animar la calle. Hay que darle tiempo y continuidad. En el origen eran cuatro los que salían a la tardebuena.. y pasados unos años es una de las grandes citas festivas de los jóvenes segovianos.
Lo del pañuelo al estilo de un manteo es un buen intento, pero, o faltan pañuelos o sobra vergüenza en los segovianos para lucirlo durante las fiestas. Lo del pregón en la Plaza Mayor, pues es cierto que luce más en el balcón municipal, pero la foto con el Acueducto detrás, es única y no la puede ofrecer otra ciudad del mundo.
Sin duda la apuesta tiene que ser por una fiesta participativa y abierta a todo el mundo. Si de verdad el Ayuntamiento quiere insistir por esa vía, le recomiendo que apueste por un espacio para que las pandas, grupos, peñas, asociaciones, o como quieran que sean se puedan reunir. En otras ciudades son casetas, peñas, "txoznas", barracas o simplemente una carpa.