Está el Ayuntamiento de Segovia revuelto a cuenta de los presupuestos del 2025. El alcalde José Mazarías se encuentra en la tesitura de iniciar el año sin la aprobación por parte de la mayoría del pleno municipal de las cuentas que con tanto mimo y esmero ha preparado. El papel es muy sufrido, pero le falta un pequeño detalle, no tiene la mayoría absoluta ni los apoyos políticos de otros partidos para sacarlos adelante. Escribo esta columna sin saber si finalmente se aprueban o no, pero ¿cómo hemos llegado a este punto?
El alcalde Mazarías amenaza a la oposición con que si no se aprueban los presupuestos, la ciudad y sus proyectos se paralizan. Adiós a inversiones y proyectos que dependen de su aprobación para que se desatasquen. Incluso amenaza con que la aportación económica prometida a la Gimnástica Segoviana mediante un patrocinio por la empresa municipal de turismo, depende de ello. El objetivo supongo es intentar echar a la nutrida afición futbolera encima de la oposición. Me parece que en ese juego pincha en hueso.
Pero analicemos las opciones que tiene. De la izquierda no puede esperar demasiado. Sería divertido ver el presupuesto municipal del flamante nuevo gobierno popular de Segovia, que tanto trabajo y tiempo le ha costado lograr, se apoyara en los votos del PSOE, Izquierda Unida o en la enésima versión de Podemos. Precisamente a los que logró desalojar del sillón municipal.
Las otras opciones son el partido ultraderechista Vox, con el que las relaciones no pasan por su mejor momento, tras romper una negociación firmada en un papel, en el que prometía puestos y sueldos a sus representantes en el gobierno municipal. Al final todo quedó en nada, y tras su ración de polémica con ruedas de prensa, documentos firmados a la espera de ciertas elecciones, la relación PP-Vox de otras ciudades, en Segovia no se llevó a cabo finalmente. No es plan ir a casa del ahorcado a hablarles de la soga, pensará Mazarías.
Le queda por tanto al alcalde la opción centrista de Ciudadanos, partido al que no se le conocen multitudes, pero que logró su concejal para mérito de su portavoz, Noemí Otero. La concejala de naranja dice que nones. Que el presupuesto no se ajusta a las necesidades de la ciudad, que no ayuda al comercio, la industria, los polígonos industriales y al 'tercer sector', que son las ONG's y asociaciones solidarias.
Noemí Otero no termina de concretar a que se refiere, ni pone ejemplos concretos, más allá de recuperar los bonos comercio, que fueron un éxito del gobierno saliente. Además apunta a la soberbia y la falta de interés por negociar del actual equipo de gobierno.
No parece muy inteligente la postura del actual alcalde. No había que estudiar en Salamanca, y le hubiera valido con pedir los apuntes de cómo actuó su compañero de partido y presidente de la Diputación de Segovia, Miguel Ángel de Vicente. En el pasado mandato, a pesar de que los populares contaron con mayoría en el pleno de la cámara provincial, y precisamente con la misma protagonista, Noemí Otero, llegaron a un acuerdo sin mayores problemas.
Noemí Otero gestionó el área de desarrollo económico de la Diputación, con su asignación de personal, sueldo, responsabilidades y cuota de protagonismo. Así, Alimentos de Segovia se convirtió en la plataforma desde la que consiguió, a mi juicio, gran parte de su acta de concejal. Los electores la reconocieron la valía y el trabajo desarrollado.
Y llegado a este punto, cuál es el problema de los presupuestos. Pues no tiene pinta de que sea tal o cual partida por la que hay desacuerdo. Más bien creo, que en la falta de cintura o capacidad negociadora del actual alcalde. Apostar por un acuerdo con Vox antes que con la concejala del desaparecido partido Ciudadanos, ya dice bastante. Lo tenía fácil, con integrar en su equipo de gobierno a Noemí Otero, se aseguraba un mandato plácido, en el que demostrar a los segovianos que es el alcalde idóneo y que deseaban los que votaron por la alternativa a los gobiernos socialistas tras veinte años de oposición popular.
Veremos en que queda todo, pero da pena ver cómo perdemos el tiempo en politiqueos de salón, en vez de poner en marcha proyectos tan importantes para el futuro de nuestra ciudad. No se pierdan el próximo capítulo.