En las últimas semanas un buen número de funcionarios municipales de Segovia han iniciado el éxodo hasta el nuevo edificio del CIDE, frente a la Choricera. Su anterior centro de trabajo estaba en el Casa Consistorial, y en otras ubicaciones repartidos por la ciudad.

Esa decisión ha sido adoptada por la actual corporación en busca dar contenido a un edificio que ha costado mucho dinero, tiempo y quebraderos de cabeza al municipio.

Hay quien puede acusar de poco ambiciosa esa decisión, pues ese edificio estaba inicialmente destinado a captar empresas de tecnología y creatividad, que buscaran en Segovia un espacio cercano a Madrid, pero con la calidad de vida de una ciudad como la nuestra y que lograse así atraer talento. Me temo que esa idea la tuvieron en muchos sitios también, pero quien se está llevando el gato al agua en ese objetivo son ciudades costeras con buen tiempo como Málaga o Valencia.

La decisión abre el debate a los segovianos de si mover la actividad municipal al CIDE es muy alejado del centro y si contribuye a matar un poco más el casco antiguo de la ciudad. Para mí el debate es decidir dónde está el centro de la ciudad, porque el Casco Antiguo cada vez es más periferia. Se trata de un sitio con dificultades para llegar, cada vez con más incomodidades para vivir. Donde hacer cosas básicas como comprar en un supermercado no son posibles sin usar el coche.

Vivir en el «centro» de Segovia empieza a tener las mismas dificultades que quienes viven en ciertos pueblos pequeños. Es mucho más cómodo vivir en cualquier otra zona de la ciudad. Me refiero a esos barrios, de los hablan los políticos como algo lejano, cuando es el sitio donde vive más gente. No soporto esa expresión de los políticos en plan «vamos a invertir en los barrios»… será en la ciudad, porque la mayoría de la gente vive en esos «barrios».

La primera polémica en este sentido que recuerdo fue cuando se cerró el consultorio médico del Policlínico para derivarlo al centro de salud de San Lorenzo. Posteriormente han sido otros organismos como el INSS que ahora está junto a la plaza de toros, el cierre del Colegio Jesuitinas, el traslado de las sedes de la Universidad pública a su nuevo campus, la biblioteca principal de la ciudad y el más reciente, la salida de los juzgados a su nueva sede en Nueva Segovia.

Esto provoca desazón a los habitantes del casco antiguo, pero también entiendo que cada nuevo desarrollo requiere de un espacio que el supuesto centro de Segovia no permite por requerimientos urbanísticos, de conservación del patrimonio y limitación de espacio.

Recuerdo cierta polémica con la construcción de la nueva biblioteca, y leí alguna opinión que la habían trasladado al más allá. Yo pienso que la ubicaron más bien en el más acá. Es decir ahora es mucho más cómodo para la mayoría acceder a los juzgados o a la biblioteca que cuando estaban en el recinto histórico de Segovia, por no hablar de la calidad y el espacio de las nuevas instalaciones.

Además son servicios que no solo de uso exclusivo de los habitantes de la capital, sino que al servicio de vecinos de otros pueblos de la provincia, a los que sin duda les resultan más cómodas estas ubicaciones, bien comunicadas con transporte público o donde aparcar su coche sin poner el ticket.

Mi pregunta es ¿dónde está el centro de la ciudad realmente? Pues en mi opinión ahora es más céntrico vivir en el Cristo del Mercado que en el Casco Antiguo. Y les propongo otro ejercicio. ¿Dónde sube y baja más gente en los autobuses de Avanza a Madrid? En la parada del Cuartel de la Guardia Civil o en la estación de autobuses del Paseo de Ezequiel González.

Por eso cuando se habla de centro y barrios, me queda la duda si en la actualidad es más periferia el casco histórico que otras zonas de la ciudad que disfrutan actualmente de servicios y una calidad de vida infinitamente mayor. Queda por tanto el reto de hacer compatible la existencia de vecinos en el recinto amurallado con una zona de la ciudad de trazo medieval y que el ritmo de vida lo marca el turismo. No es fácil, lo sé.