En Segovia, y supongo que en todos los sitios, los proyectos tardan como mínimo veinte años en llevarse a cabo. Desde que surge la idea o la necesidad hasta que se concreta, cada proyecto lleva un proceso de planificación, permisos y cada gestor o corporación municipal que llega quiere dejar su impronta al proyecto.
Por eso es tan importante cada vez que algo finalmente se desarrolla. Ahora ya es una realidad el barrio de los antiguos terrenos de Klein, la fábrica de caretas y los depósitos del agua, oficialmente denominado de la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia. El nombre propuesto, está claro que no ha cuajado, porque quien reside en la zona, te dice que vive en la Plaza de Toros o en la Biblioteca.
Ese proyecto llevó sus años, con sus dificultades, y consiguió regenerar una antigua zona industrial y ampliar la base de viviendas de la ciudad. Ahora apura las últimas fincas disponibles. Esa medalla se la apuntó el alcalde Pedro Arahuetes, que consciente de la importancia del hito, reservó un día de San Pedro para su inauguración, como hacía en su mandato cada vez que daba un paso relevante.
No es exclusivo de Segovia, en todas partes sigue un proceso similar. Fíjense en Madrid los años que llevamos escuchando de la operación Chamartín o Campamento, y aún no se ha puesto una grúa. Y si tiras de hemerotecas locales lo constatas igualmente. A finales de la década de los '40 del siglo pasado se empieza a hablar en la prensa segoviana del proyecto de la actual Estación de Autobuses que concretó veinte años después.
Ahora estamos liados con la ordenación y urbanización de Las Lastras. El cierre de la ciudad por el oeste. Un espacio protegido por sus vistas a la ciudad monumental y hasta ahora dedicado al cultivo agrícola. A un paso de la ciudad se puede observar el campo y en cinco minutos estar en el Azoguejo. Un auténtico lujo.
El proyecto parte de la antigua corporación, y lo retoma la actual con su alcalde Mazarías al frente. Se pretenden construir viviendas de protección oficial, así como un gran parque, aparcamientos y zonas deportivas. Ahora aquello entre otras cosas es un descampado donde aparcamos los segovianos para evitar el pago de la ORA. Hasta hace nada lleno de baches, pero felicito al Ayuntamiento por haber adecentado la zona con la zahorra sobrante de la operación asfalto 2024.
Ya hemos visto los primeros planos, con sus calles y sus construcciones. El papel es muy sufrido y lo aguanta todo, pero hay que llevarlo a la práctica. La oposición del PSOE, con su portavoz y exalcaldesa Clara Martín, indica el proyecto resta viviendas protegidas a lo que ellos manejaban. José Mazaría responde que va a ser un gran proyecto, y que todavía quedan asuntos por definir y cerrar, entre otras cosas, que no todo el terreno es público y existen intereses privados.
Desconozco quienes son los propietarios privados, pero seguro que se trata de algún terrateniente segoviano, especialista en esperar a que la obra esté bien comenzada, para después ir al juzgado a reclamar y cobrar una buena indemnización. Hay fortunas en Segovia se han hecho en base a esta situación…. Como si en veinte años de desarrollo no se hubieran enterado del proyecto. En ese caso los jueces…. Que quieres que les diga.
Entiendo que es una oportunidad para mejorar la ciudad. Para construir más viviendas, y si encima son protegidas, siempre será una buena noticia. Si además se usa para ordenar la zona y ganar zonas verdes que cierren la ciudad, mejor.
Es una ocasión de hacer un vial que sea alternativa al complicado eje de tráfico Ezequiel González- Conde Sepúlveda, que una el nuevo Hospital General con la zona sur de la ciudad sin semáforos y pasos de peatones como sucede actualmente. Y a su vez solucionar esos terraplenes a los que dan las partes traseras y sus ventanas de un sinfín de viviendas desde Obispo Quesada hasta Mahonías, fruto de años en los que se construía sin pensar demasiado.
Las Lastras es un proyecto más del crecimiento de Segovia. Palía el abandono de muchos gobiernos municipales de hace más de 30 años, que no desarrollaron los espacios adecuados para nuevos barrios, que sí aprovecharon los pueblos del alfoz. El crecimiento de Palazuelos, La Lastrilla, San Cristóbal y demás localidades limítrofes son fruto de años de inacción urbanística en Segovia de los noventa.
Por eso además de Las Lastras, habría que pensar también en los sectores A y B a como continuación de La Albuera, o el Prado Bonal como oportunidad de acercar la estación del AVE a la ciudad. Son la oportunidad de crecimiento y desarrollo de la ciudad de Segovia.