No se equivocaba el alcalde Mazarías cuando al valorar la decisión de la organización del Festival de Música Diversa de aplazar 'sine die' este evento cultural aseguraba que ésta se había producido de forma unilateral por parte de sus gestores. Obviamente, la decisión de interrumpir una larga y exitosa trayectoria de dos décadas depende de quienes la han sacado adelante en este tiempo, pero la simplista valoración municipal no ha tenido en cuenta que tras ella habrá habido semanas de reflexión originadas por la convocatoria de las ayudas a las asociaciones culturales por el sistema de concurrencia competitiva, cuyo plazo de inscripción ha comenzado esta misma semana.
A buen seguro, la organización de Música Diversa habrá puesto sobre la mesa los aspectos no sólo económicos, sino culturales e incluso emocionales que les han llevado en estos 20 años a diseñar y mantener un festival que servía no sólo como escaparate para las nuevas tendencias musicales y las clásicas, sino como muleta en la que muchos grupos segovianos se han apoyado para comenzar a salir a flote en este ámbito. La balanza se ha inclinado en esta ocasión del lado de la cabeza y no del corazón, porque por mucha voluntad que haya para sacar adelante esta iniciativa, si no se cuenta con recursos suficientes para desarrollarla es mejor dar un paso al lado y esperar tiempos mejores.
Desde el equipo de Gobierno se esgrimen argumentos razonables basados en el control del gasto público y en el rigor a la hora de dotar a las asociaciones y colectivos culturales de la ayuda municipal en función de los méritos que el baremo de las bases establece, haciendo así más equitativo el apoyo de la ciudad. Pero la decisión del Festival de Música Diversa demuestra que la concurrencia competitiva ofrece más dudas que certezas al tejido cultural segoviano, y su puesta en marcha hubiera requerido un mayor consenso y, sobre todo, una mayor concreción a la hora de definir cuáles son las asociaciones que no necesitan concurrencia y a cuáles se les obliga a competir poniendo ante una comisión sus propuestas.
A falta de que la maquinaria administrativa agote sus plazos y podamos conocer las asociaciones que optarán a repartirse los 165.000 euros dispuestos para esta partida, quizá Música Diversa no se quede sola en su renuncia a poner en marcha una iniciativa cultural este año. Las programaciones necesitan tiempo y este nuevo sistema municipal ha llegado ya muy avanzado el año, por lo que las asociaciones y colectivos interesados tendrán que devanarse los sesos para resolver los trámites y plantear una oferta atractiva.
En su poemario 'Piedra y Cielo' Juan Ramón Jiménez hacía un canto a la simplicidad de las cosas con el poema más corto de su obra, en el que apela a no alambicar en demasía aquellas cosas que dan buen resultado: "¡No lo toques ya más, que así es la rosa", reza el único verso del poema. La reflexión del poeta onubense puede ser aplicable a una gestión cultural que hasta la fecha no había generado problemas, porque aplicar la política de tierra quemada no resulta eficaz si elimina lo que funcionaba; pero son palabras de poeta…