Se trata de una verdad incuestionable: "Evidentemente, las 20.28 son después de las 19.30. Es un hecho fáctico, ¿no? ¿Cuándo he mentido?". Las palabras del presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, tienen una lógica aplastante difícil de rebatir y con ellas pretende sacudirse cualquier implicación en la decisión de enviar el aviso de alerta a los valencianos (20:11 horas) en los que se avisaba de los riesgos de las crecidas de los ríos provocada por la dana, que acabó provocando 227 muertos y tres desaparecidos.
El presidente valenciano, cuatro meses después de haber tenido oportunidad de explicar dónde estuvo y qué hizo durante el día más trágico de la comunidad autónoma que preside, ha decidido rasgarse las vestiduras y comenzar a contar sus verdades. Ocurre que, a estas alturas, tras muchas ocultaciones, datos obtenidos con un esfuerzo ímprobo, cambios en el relato oficial y oficioso y medias verdades, cada vez resulta más difícil establecer la verdad real de lo sucedido entre el final de la comida en El Ventorro y su llegada al centro de emergencias, y pese a que se esfuerza en explicar que no tenía por qué estar allí terminó por al CECOPI.
Pasa también que cada vez que Carlos Mazón ofrece un nuevo dato sobre su andadura el 29 de octubre se generan nuevas dudas y más incógnitas sobre su actuación y sus contactos la tarde de la tragedia. Tras un desayuno informativo en el que participó en Madrid, proporcionó un listado con las diecisiete llamadas que realizó y recibió a lo largo de esa tarde, la primera a las 17:37 con la Consellera Emergencias y la última a las 19:44 con la DG Organización y Coordinación Presidencia. Ahora queda otro vacío por cubrir, el de sus contactos telefónicos durante los cuarenta y cinco minutos que median desde esa última llamada a la llegada al CECOPI, un lapso en el que se decidió, además, el envío de la alerta telefónica que ya llegaba tarde y en la que no se advertía a la población que buscara refugio en alturas para salvar sus vidas.
El envío de la alerta fue solicitado en dos ocasiones por la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, y de forma muy gráfica por el presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó, presente en las reuniones del centro de emergencias quien instó a la consellera responsable, Salomé Pradas, a lanzar el mensaje de Es-Alert sobre las siete de la tarde "¡Enviad la alerta de una puta vez!", dijo, según ha relatado en distintas intervenciones públicas.
Ante la imposibilidad aún de establecer la verdad real de los acontecimientos sucedidos a lo largo del 29 de octubre, porque todavía no se ha superado la fase de la dispersión de las responsabilidades, desde la secuencia de los avisos meteorológicos a las decisiones políticas y sobre quién las debía adoptar, solo queda esperar a que la jueza sea capaz de establecer la verdad judicial en virtud de la cual se tendrán que depurar las responsabilidades penales por acciones y omisiones en la gestión de la dana.
La broma del hecho fáctico es un fascículo más de la colección de despropósitos generados por el afán exculpatorio de Carlos Mazón, pese a que la jueza de Catarroja ha señalado que la responsabilidad de la gestión de la dana correspondía exclusivamente a la administración autonómica, y él es su último responsable político.