No hay argumentario que valga, no hay quien crea las explicaciones de que Cataluña cuenta con más menores inmigrantes de los que puede asumir, que ya ha hecho un esfuerzo ímprobo para dar cobijo a centenares de menores no acompañados que llegaron a España sin más que lo puesto; no es de recibe que el gobierno haya suya la versión de sus socios, cuando rechazan el reparto de menos diciendo que ellos, los catalanes, han demostrado sobradamente su solidaridad con esos jóvenes que no tienen donde caerse muertos tras haber superado la prueba de no morir tragados por el mar huyendo de la miseria o de guerras en las que no tenían arte ni parte.
No hay argumentario que valga porque la realidad es cruda: Sánchez se encuentra en condiciones críticas y es capaz de cualquier cosa, por indecente que sea, con tal de conseguir el apoyo de partidos que cuentan con escaños en el Congreso de los Diputados que valen su precio en oro. Sean uno o dos, los de los partidos regionales, tres o cuatro como Podemos, o media docena como los de los independentistas catalanes o el PNV. Bildu, hay que reconocerlo, han sido menos ansioso, quizá porque se conforman con que desde la tribuna de oradores los socialistas no les echan en cara que, en el pasado muy reciente, apoyaban a una ETA que ha causado víctimas mortales en todos los partidos, incluido el de Sánchez.
A este gobierno se le llena la boca de palabras como solidaridad, generosidad, y colaboración con los más débiles, pero a la hora de la verdad asume con naturalidad que desde posiciones muy próximas, desde los partidos que le permiten mantenerse en el gobierno, todas esas palabras brillen por su ausencia.
Claro que Cataluña tiene en acogida a más menas de los que puede sostener, pero eso mismo ocurre en Andalucía, Aragón, Galicia o las dos Castillas, por mencionar solo unas pocas regiones. Y Canarias, por supuesto, pero a Sánchez solo le preocupa Cataluña, y las razones las sabe todo el mundo.
Canarias no puede soportar todo el peso, y hay que dar una respuesta inteligente al problema con un reparto proporcionado de los menores a lo largo y ancho de la película. Pero al gobierno, además de un reparto sin privilegios, hay que exigirle también una política seria respecto a la inmigración ilegal.
Hace meses, Canarias se disponía a cerrar centro de atención a los inmigrantes sin cobijo porque disponían de más plazas que inmigrantes necesitados. ¿Qué se ha hecho mal para que lleguen a las islas españolas en olas imparables? ¿Dónde están los proyectos bien diseñados por profesionales, dónde las políticas en origen? ¿Dónde la financiación a las regiones para hacerse cargo de los menas que deben salir de Canarias a la península? Una reflexión cargada de demagogia: ¿No tiene Sánchez dinero para los gobiernos regionales para hacerse cargo de los menas porque la insaciable Cataluña ha dejado temblando la caja del Estado?