Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


España, cada vez menos España

05/03/2025

Otro triunfo para Puigdemont. Nunca ha habido en la historia de España un gobernante con menos afecto por su país, capaz de cualquier bajeza entreguista con tal de mantenerse en el poder. Con la paradoja, con la vergüenza, de que además está haciendo cesiones sobre la soberanía a partidos y personajes que no tienen más propósito, más afán, que abandonar España porque dicen que no se sienten españoles.

Saben esos ciudadanos antiespañoles que pisan fuerte, y que su pírrico resultado electoral lo compensan con un presidente de gobierno que es capaz de cualquier cosa, la que sea, aunque no sea constitucional, con tal de no perder la Moncloa. Lo que ilegal lo arregla colocando a las personas adecuadas en los lugares adecuados para echar una mano en el momento adecuado. No cabe más bajeza. Es lo que justifica que se pueda decir una dolorosa verdad: que nunca ha habido en la historia de España un gobernante con menos afecto por su país.

Lo último – que será lo penúltimo porque los independentistas son insaciables y no desaprovechan la oportunidad única de que contar fielmente con un presidente capaz de todo-es transferir a Cataluña competencias en materia de inmigración. Además de ir contra la Constitución -lo aseguran expertos de verdad, profesionales que no se dejan influir por nadie-, nos llevará a una situación difícil de tragar: los mossos controlando los aeropuertos, puertos y las fronteras terrestres con Francia y Portugal, compartiendo responsabilidades de la policía y guardia civil y, si se tercia, incluso imponiendo su criterio a policía y guardia civil; lo de compartir tareas se sabe cómo empieza pero no cómo acaba. La Generalitat podrá decidir también sobre las devoluciones de inmigrantes, cómo, cuántos, cuándo y por qué, así como controlar los lugares en los que deben ser acogidos. Es lo que se está definiendo como "gestión integral", por si alguien no sabe qué significa exactamente.

Con este gobernante, con Pedro Sánchez, España y sus instituciones pierden presencia cada día que pasa, mientras las asuman organismos que compran poder competencias e influencia con media docena de votos en el Congreso de los Diputados. Moncloa no es un centro de poder, sino que lo ostenta sobre todo un personaje de innoble biografía que huyó de España dejando a sus colaboradores detrás para que se las arreglaran con los jueces y cumplieran condena de prisión.

Todo ello ante el silencio de los responsables de Interior y de Defensa que a través de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado deben garantizar el control de las fronteras y de quienes entran en España tanto de forma legal como ilegal.

Las instituciones españolas enmudecen ante un presidente sin principios, que tiene a parte de su entorno en situación lamentable, con comportamientos de presunta corrupción económica y moral que provocan . Todo ello sin que nadie en Moncloa tome decisiones valientes en lugar de acusar de inmoralidad a quienes denuncian hechos inaceptables.

Allá ellos, los mal llamados leales, con sus conciencias.