La semana pasada ya abordamos en esta sección la importancia que tuvo en Segovia la industria lanar durante siglos. No me voy a repetir, pero de aquellos tiempos nos ha quedado la provincia plagada de vestigios de la potente industria provocada por la oveja merina y sus mechones. Esquileos, molinos, batanes, lavaderos, así como un mapa provincial lleno de cañadas y cordeles. Las cañadas eran las autopistas de la época por las que circulaban durante la trashumancia inmensos rebaños, que tras pasar por los esquileos aprovisionaban de la entonces preciada lana a la industria del paño segoviano. El mejor ejemplo lo tenemos en el municipio de Torrecaballeros, en su barrio de Cabanillas, y que es de los mejor conservados de España y en los que se puede apreciar con claridad como era esas construcciones. La distribución de las diferentes salas y los 'grafittis' que los esquiladores dejaban en sus paredes como recuerdo de su paso. En la actualidad la Casa esquleo de Cabanillas es de titularidad privada, y se usa como finca de bodas y eventos, actividad, gracias a la cual se conserva y lo podemos seguir disfrutando. No es extraña su ubicación, en plena Cañada Soriana Occidental, que atraviesa literalmente la provincia entrando desde el nordeste por Ayllón hasta salir camino de Extremadura por El Espinar. Recorre la falda de la cara norte de la Sierra del Guadarrama, con una anchura de 90 varas castellanas, lo que en el sistema decimal suponen 75 metros de ancho. Hay que imaginarse toda la anchura repleta de ovejas en rebaños miles y miles de ovejas para entender su verdadera dimensión.
No es la única cañada que atraviesa la provincia. Otra relevante es la que cruza el mapa de Segovia de punta a punta y denominada como Leonesa Oriental. Va desde El Espinar hasta Fuente el Olmo de Íscar ofreciendo estampas únicas atravesando pinares o la idílica imagen del paso de rebaños cerca del Castillo de Coca. Hoy en día, la trashumancia es cada vez menor y testimonial, y no es más que un recuerdo de una etapa de nuestra historia más doméstica. Antes era una necesidad mover inmensos rebaños buscando la eterna primavera, y se hacía andando. Ahora se puede mover los rebaños en camiones prácticamente en solo una jornada, en lugar de bajar desde las montañas leonesas hasta Extremadura en casi dos meses de recorrido. Los chicos del Cristo del Mercado celebrábamos el paso del rebaño por José Zorrilla, donde siguen teniendo preferencia de paso, camino de la vieja estación para viajar en tren. La trashumancia a pie ofrece muchos beneficios medioambientales, como es aprovechamiento y regeneración de pastos y la expansión de semillas que las ovejas provocan, amén de la lucha contra los incendios al eliminar carga de combustible de forma natural.
Nadie solicita que vuelva la trashumancia en la que tantas penalidades provocaban a los pastores, como bien detalla Guillermo Herrero en su libro 'Rostros de la Trashumancia y otras escenas pastoriles de Segovia' que recomiendo a los que gusten del tema. Hoy lo que reclamo es que no se pierdan kilómetros de caminos y cordeles que son públicos desde los tiempos de la todopoderosa Mesta, que era el organismo que creó Alfonso X en el Siglo XIII para su control y gestión, y que ríete de los lobbys modernos, llegando a influir en muchos designios de Castilla por su poder económico y social.
Hoy las Cañadas y cordeles los usamos como zonas de recreo y esparcimiento, paseo y deporte. Por ejemplo donde resido, en Trescasas, es habitual el paseo hasta la Cañada, desde donde las vistas de Segovia son impresionantes. Hoy está perfectamente señalizada y con un uso intensivo por paseantes, ciclistas o a caballo. No es raro encontrar ganado pastando y aprovechando los recursos naturales que esta ofrece. Es el fruto de un gran trabajo de las instituciones públicas que la delimitaron y evitaron que sea privatizada por los listos que hacían caso omiso al mojón. Puede ser un recurso turístico a explotar con más intensidad. No soy nada original, pues la primera vez esta teoría se la escuché a Alejandro González, que fue uno de los promotores de la iniciativa 'Pedalea tus cañadas' que en la década de los noventa del siglo pasado promovió la Diputación de Segovia. Fue una propuesta cicloturista, cuando comenzó el fenómeno de la bicicleta de montaña en España.González me decía que bien aprovechado y promocionado podría competir con el Camino de Santiago en afluencia y éxito. Sería un recurso turístico que poblara los recorridos de alojamientos y servicios para todos aquellos que la transitaran, como sucede con la ruta jacobea, que ahora sostiene la economía de las comarcas que atraviesa y a la que llegan peregrinos de todo el mundo. Reivindico el orgullo de una red de caminos que para Segovia sería un filón con un poco de promoción y conservación. Y además muy unido a nuestra historia. Las cañadas ya no son necesarias para mover el ganado excepto para aquellos nostálgicos que se aferran a una práctica con tintes épicos, pero hoy pueden servir como senderos de biodiversidad, turismo, ocio y deporte a los que prestar atención en Segovia.