Sergio Perela

Gabinete del Dr. Freeman

Sergio Perela


Frac sin camisa

20/05/2024

La primera vez que leí 'El Lazarillo de Tormes' me llamó muchísimo la atención el tercer amo del pobre chaval, el escudero. Apariencia mejor que impoluta, costumbres de noble y nada en el estómago. Actualizando referencias culturales, pasa un poco lo mismo en la película 'The Gentlemen' que Guy Ritchie ha convertido ahora en serie. Un noble de alta alcurnia sin nada en los bolsillos arrienda sus terrenos para una plantación de marihuana. Mientras, él se sienta en su castillo el pantuflas de calidad y batín de guatiné. Mis hijos no comen, pero yo invito a la alta sociedad a cenar a casa.
Y me da la sensación de que algo así ocurre aquí, en Segovia, con el deporte. Ha ascendido la Gimnástica Segoviana en un logro sin precedentes. Ha ascendido, también sin partir como favorito, el CD Base Dibaq a Liga EBA. Puede ascender todavía el equipo femenino de Segosala a Primera División, que ahí es nada. Los dos primeros ya están echando números. Para unos, habría que superar el millón de euros cuando ahora apenas llegan a 800 mil. Los otros estiman en unos 60 mil euros más, cuadriplicar su presupuesto, para no comprometer la viabilidad de un club de cantera, de base.
El alcalde, José Mazarías, afirmó hasta tres veces de forma pública que apoyaría a la Gimnástica y ese primer paso lo ha dado. El Consistorio tiende una mano necesaria al club; pero resulta que esa mano es interpretada por otros deportes como que ya no habrá nada para ellos. Atletas, por ejemplo, compartían en grupos la noticia apostillando que ya se habían olvidado del módulo cubierto.
Y es que el contraste está ahí. Los partidos de preparación en su camino hacia los Juegos del equipo femenino de baloncesto, van a costarle al Ayuntamiento 130.000 euros. Que está bien, ¿eh? Pero que no dejan de ser dos partidos. ¿No será mejor alimentar a tus hijos que invitar a dos caterings a la crema de la crema? ¿Qué tiene más repercusión para Segovia? 130 mil repartidos entre tres supondría una ayuda importantísima para la supervivencia y crecimiento de clubes que llevan años cimentando en la base su sostenimiento. La base, los niños y niñas; el futuro.
Está claro que han sido años en los que, quizá por desgana, simplemente al deporte segoviano sus políticos lo han sumido en la dejadez. Hay tanto que hacer que mejor no empiezo. Cuando no se estropea no sé qué en la piscina cubierta, salen goteras en el Emperador Teodosio. Y, no nos engañemos, la designación de 'Ciudad Europea del Deporte' es un título como el del escudero del Lazarillo: ni trae grandes consideraciones, ni trae dinero. Está bien si se consigue el fondo, mejor dicho los fondos; todo lo cual es ahora mismo un ejercicio de fe.
El Ayuntamiento se ha comprometido públicamente a un evento fuerte y mediático por año. Y uno no para de darle vueltas a lo mismo: si esos esfuerzos se invierten en el deporte de casa, posiblemente a corto plazo sea todo más humilde, pero se alcanzará relevancia. ¿O acaso poder contar con un módulo cubierto no permitiría que atletas que mañana pueden ser élite hoy se queden en casa? Es algo que, desde aquí, me encantaría que se reconsiderara. Igual que pedirle al segoviano medio que, en lugar de preguntarse caña en mano si hay dinero para esto o para aquello, acuda a las gradas. Porque eso haría masa social y eso también es masa de votos.
Mientras los clubes segovianos vean pasar ciertos dineros por delante de sus narices sin recalar en ellos, uno no podrá evitar pensar en que Segovia quiere ir en frac a la fiesta y no tiene camisa. En ese noble británico que mantiene la fachada bajo la cual crece la hierba (ilegal) En aquel pobre lazarillo que, molido a palos por un clérigo, llegaba a la casa del escudero pensando en un futuro mejor que, otra vez, le iba a ser esquivo.