Marcelo Galindo.

Pare, mire, cruce

Marcelo Galindo.


Sensación de dejadez

24/08/2024

El mal que hoy quiero reflejar en este pequeño rincón no hay que atribuirle únicamente a esta corporación municipal… que quede claro desde un principio para evitar reconvenciones y críticas que apuntan a que siempre los tiros van hacia el mismo lado. Muchas son las ocasiones en las que los medios locales escritos o audiovisuales se hacen eco de las quejas vecinales sobre la presencia de baches en el pavimento, aceras en mal estado, farolas que no lucen por la noche o lo hacen de forma irregular y un largo etcétera de problemas en las infraestructuras más cotidianas para los ciudadanos que son las calles y las plazas. Este problema es endémico y va más allá de la constitución de los ayuntamientos democráticos, ya que las hemerotecas recogen el clamor popular de los vecinos que siempre han estado al aire de la calle para intentar reclamar la atención de sus regidores municipales y conseguir un entorno mínimamente habitable.

Un bache en una calle, una baldosa de la acera hundida o fuera de sitio o la deficiente iluminación viaria provocan en la ciudadanía la sensación de que su ayuntamiento no es lo suficientemente diligente a la hora de resolver cuestiones que, a buen seguro, en su mayoría pueden resolverse en una mañana de trabajo de los servicios municipales. Las redes sociales y los grupos que se crean para denunciar estas situaciones multiplican exponencialmente esta sensación con las imágenes y videos que prueban estas pequeñas pero molestas deficiencias en el paisaje urbano.

Si esta sensación de dejadez se produce en los barrios de la capital, es aún más sangrante en el centro histórico, donde el emborrillado que pavimenta lugares como la Plaza de San Sebastián o los accesos al Museo Zuloaga – por poner algunos ejemplos- deja algunas 'calvas' que se antojan difíciles para el tránsito peatonal y que muy probablemente sean el origen de algún infortunado traspié para los transeúntes locales o foráneos.

Para resolver este problema, los equipos de Gobierno que han sido a lo largo de la historia de la ciudad han puesto sobre la mesa soluciones que no han terminado de cuajar. La más innovadora fue la que el entonces alcalde Ramón Escobar propuso a principios de la década de los 90 del pasado siglo con la creación de una brigada municipal dedicada a reparar de forma rápida estos desperfectos, y casi 30 años y varias corporaciones municipales después, el actual Gobierno municipal rescató apoyado en la demanda ciudadana de dar respuesta a este asunto, incluyendo esta medida en su programa electoral.

Un año ha pasado y la brigada de obras figura únicamente en las páginas del programa que aupó al PP a gobernar Segovia, precisamente tres décadas después del último gobierno de este signo en la ciudad, sin que hasta la fecha se haya materializado y, consiguientemente, iniciado su trabajo en la ciudad. Hay que ser conscientes de que nunca llueve a gusto de todos y que las prioridades de los vecinos no se corresponden con las de los servicios municipales, pero el hecho cierto es que los baches y las aceras siguen siendo la principal piedra de toque a la hora de evaluar la labor municipal, que el ciudadano examina cada cuatro años en las urnas.

Lo verdaderamente importante es que este trabajo sea como la 'gota malaya' que cale dentro de la labor cotidiana del Ayuntamiento y que poco a poco se termine con esa sensación de abandono que muchos vecinos evidencian al pasear por las calles de la ciudad. Parafraseando al gran Johan Cruyff, el dinero municipal "debe verse en el campo de juego". Que así sea.