La actualidad segoviana nos ha regalado una noticia sorprendente. El parking de la Avenida del Padre Claret mantiene su planta más baja sin ocupar, incluso en los días que luce el cartel de completo a la entrada del mismo. Así lo ha denunciado la concejala de Ciudadanos, Noemí Otero, en una pregunta escrita al consistorio y que ha tenido reflejo en los medios de comunicación local.
La concejala centrista, además denuncia que en el aparcamiento público no están disponibles, ni en buen uso, los cargadores eléctricos para recarga de vehículos eléctricos, incumpliendo así el Real Decreto Ley aprobado el 21 de diciembre de 2021, y en vigor desde el 1 de enero de 2023. Este obliga a que en todos los aparcamientos públicos haya un número de cargadores disponibles para sus usuarios, y que sea proporcional al número de plazas de las que dispone en oferta.
De que cueste aparcar la primera hora 3 euros con 70 céntimos, no ha comentado nada, pero ya lo digo yo en este espacio, que literalmente me parece un atraco. Esos precios no ayudan a que el segoviano medio meta su coche al parking cuando llega al centro y prefiera dar doscientas vueltas por la ciudad buscando un hueco donde tirar el coche antes que sufrir el rejonazo en la cartera. Y ojo que próximamente llegará la zona de baja emisiones, y ese hecho va a complicar aún más la situación. Al final se ha convertido en un parking para domingueros y para los segovianos que pagan un abono, lo que hace que el precio de aparcar sea más razonable.
Pero volviendo al hecho denunciado por Ciudadanos, que cuelguen el cartel de completo con un número de plazas sin ocupar, me invita a reflexionar la causa. Salvo que las tengan todas reservadas para los abonados, no tiene mucha explicación que se quede una planta entera sin ocupar y con el piloto en verde esperando un coche de abonado.
Los antecedentes de esa instalación de uso público son de una empresa, Isolux, adjudicataria hasta el pasado otoño, que se ha llevado compensación económica del presupuesto de todos los segovianos alegando que no obtenía la rentabilidad esperada en el pliego de contratación. La denuncia llega cuando hay nueva compañía concesionaria, Telpark, que explota en la actualidad el aparcamiento subterráneo desde hace pocos meses.
Lo de que una empresa privada se haga con una concesión de una instalación pública, y en caso de no obtener beneficios, recibir una compensación, no me entra en la cabeza. Para eso que lo explote directamente el consistorio, de modo que si da pérdidas, las enjuga el presupuesto público igual, y si da beneficios, bueno para los segovianos. Y más cuando se realizó durante el mandato de un gobierno municipal socialista, que entiendo que sería más proclive a la gestión de lo público, y no tan partidario de privatizar una instalación pública.
Algo parecido sucede con el contrato de la ORA, que gestiona el control de plazas de aparcamiento limitado, la zona azul o verde, en función de la zona de la ciudad. Un contrato que se prorroga sine die y que si no es rentable, el ayuntamiento tiene que arrimar y cubrir las pérdidas. No lo termino de entender, para ese viaje, mejor municipalizar la gestión, y lo mismo, para las buenas y para las malas. Y además si un día tienes que hacer un aparcamiento público y gratuito en los terrenos del antiguo regimiento, nadie te vendrá a reclamar sus potenciales pérdidas.
Nunca he entendido ese capitalismo de beneficios privados y pérdidas públicas. Soy más partidario de aquella frase lapidaria que dejó para la posteridad el ex ministro popular y posteriormente condenado Rodrigo Rato y su "…es el mercado, amigo". Si pones un negocio, te arriesgas para lo bueno o para lo malo.
Espero ansioso una explicación convincente a todo lo contado, porque de otra forma sería grave. Que en fechas claves como son los puentes y fines de semana, donde Segovia tiene la gran fortuna de recibir a miles de visitantes, no poder ofrecer en toda su amplitud las instalaciones que tanto esfuerzo y dinero nos han costado a todos, y que son tan necesarias.
Hay que recordar los meses que estuvo la calle cortada para la construcción, y si no que se lo pregunten a los negocios que estaban allí establecidos, que seguro que lo recuerdan. Súmale la indemnización al propietario por la expropiación de los taludes de la Calle San Gabriel, y añade las numerosas y recurrentes obras que ha sufrido la calle, con los consiguientes cortes de tráfico.
Solo espero y deseo que estas situaciones sirvan de aprendizaje si el gobierno municipal de Mazarias lleva a cabo el tan polémico parking de Los Tilos bajo el Paseo del Salón. Y si se llega a hacer, que la empresa que lo haga se arriesgue sus dinero, y si es el ayuntamiento quien acomete la obra, lo explote municipalmente para bien o para mal.