Ahora que andamos enfrascados – aunque no demasiado- en debates sobre el diablillo y la leyenda del Acueducto, quizá sería oportuno abrir uno más sobre un asunto que también va camino de ser legendario, y no es otro que las obras del pavimento de Padre Claret. Desde que el gobierno municipal de Pedro Arahuetes decidió transformar en 2009 el subsuelo de la avenida en un aparcamiento subterráneo con una obra que el otrora regidor no dudó en definir como «la obra de ingeniería más importante realizada en los últimos 50 años» en la ciudad, ésta no ha tenido ni un momento de respiro en lo que se refiere a la presencia de máquinas para ejecutar reparaciones de mayor o menor calado en el tramo que va desde la rotonda de Dionisio Duque hasta la Plaza de la Artillería.
Hacer un relato histórico de las obras que se han realizado en los últimos tres lustros en Padre Claret sería largo y prolijo, y el hecho cierto es que ninguna de las soluciones aplicadas – de asfaltado hasta la intersección con Soldado Español y de adoquinado hasta la Plaza Oriental- parece haber sido efectiva. Esta semana, el alcalde José Mazarías desvelaba que en este último tramo se han generado en los últimos meses un total de 34 hundimientos en distintas zonas de adoquinado, que el tiempo ha ido agravando desde que en abril de 2023 se abrió el tramo al tráfico tras cinco meses de obras.
El hecho cierto es que no hay dónde agarrarse. El actual Gobierno municipal hereda una patata caliente que es posible que vuelva a costar un buen pellizco a las arcas municipales, si lo que se busca es una solución perenne que evite estar parcheando esta vía cada dos por tres, y Mazarías no duda en poner el acento en la anterior gestión municipal, a la que acusa de precipitar las obras para buscar rédito electoral en las anteriores municipales.En este sentido, conviene recordar que el anterior equipo de Gobierno afrontó los problemas derivados de la escasez de materiales, fruto de la elección de un tipo de adoquinado cuya instalación se presumía idónea y duradera.
Al parecer, ahora todo pasa por realizar un estudio estructural del tramo – ya se apunta hacia una consultoría externa- por ver si estos defectos de pavimentación están vinculados con la propia construcción del parking, pero no hay que desdeñar la posibilidad de restringir el tráfico en la zona evitando la doble circulación. En su momento, la idea inicial del gobierno de Arahuetes es que Padre Claret tuviera un solo sentido de tráfico restringido prácticamente al transporte público, y empleando la calle de San Gabriel para acceder al centro de la ciudad. No parece mala solución, ya que la vía ofrece posibilidades de asumir ese tráfico (con permiso de los vecinos) y las obras realizadas en la rotonda de Melitón Martín la hacen algo más cómoda para acceder a Via Roma
Sean galgos o podencos, lo que de verdad urge es una solución definitiva que permita resolver el misterio de Padre Claret sin necesidad de vender el alma al diablillo...