David Matarranz

Segovia Pasión

David Matarranz


Competencias

12/11/2024

Las imágenes que han llegado desde Valencia y Albacete, no pueden dejar a nadie indiferente. La fuerza de la naturaleza nos recuerda la pequeñez del hombre, pese a los grandes avances tecnológicos y de infraestructuras, la naturaleza nos recuerda nuestra debilidad ante su poder. Una tromba de agua de 500 litros por metro cuadrado en unas horas, que es el agua que cae en Segovia en todo el año aproximadamente, no existe forma humana de controlarla. Eso sumado a que muchos espacios que en algún día fueron cauces naturales, se han reducido para construir. El agua pide su sitio y arrasa con lo que sea. No pide permiso.

Tras la riada llega el momento del recuento. El victimas es lo más doloroso. Son personas sanas que han tenido la mala fortuna de que el agua les pilla en el coche de camino o regreso de su trabajo, o en un garaje o en el sitio más inoportuno, ante lo que poco se puede hacer. Para eso no hay remedio y el vacío que dejan en sus familias a amigos es enorme. Solo queda que para el futuro se mejore en las alertas y los avisos para prevenir y anticipar decisiones salvadoras. El otro recuento, el de bienes materiales nos  pone frente a la paradoja de ver como de la noche a la mañana una familia que cuenta con una vivienda, alimentos, ropa y enseres; en cuestión de horas pasa a la miseria e indefensión más absoluta. Vale que los seguros y las ayudas oficiales mitigarán en parte los daños, pero nadie les quitará para siempre lo que es vivir de prestado. En casa ajena, con ropa prestada y solicitando agua y comida para sobrellevar las primeras semanas, hasta que llegue una cierta normalidad.

Y el último balance, el político y de responsabilidades. Debería ser el último, pero aquí preferimos abrirle al principio. Sin haber encontrado y despedido aún a los muertos. Sin haber arreglado infraestructuras y viviendas. Las redes sociales son como la pólvora, que hace que todo explote por los aires, y como para uso no se pide carné de publicar, pues todos a opinar y a difundir informaciones, aunque algunas sean falsas o flagrantemente interesadas. Que no falte la ración de relato político y de posicionamiento extremo para nadie.

Decía Groucho Marx «es mejor permanecer callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente". Y esa sensación he tenido estos días cuando la gente pide la intervención inmediata del ejército, echando culpas a tal o cual dirigente político o valorando que si la AEMET esto o que si la Confederación Hidrográfica del Júcar lo otro. Los mismos que están en una tertulia de programa de tarde de fin de semana para hablar de la Pantoja o Bárbara Rey, se ponen a dar lecciones de Protección Civil o de Emergencias. Muchos de ellos serían incapaces de poner las cadenas al coche cuando caen cuatro copos de nieve…. Pero ahí andaban con sus opiniones resabiadas.

Pero de lo que más me sorprende es ver con que desparpajo la gente busca responsables a sus problemas sin tener siquiera noción de las competencias de cada administración. Por si alguno no se ha enterado, desde 1978 vivimos en un estado autonómico, que se ha ido desarrollando durante los últimos 45 años. En Castilla y León desde 1983, que fuimos los últimos en tener autonomía como tal. Y ese estado autonómico lo que hizo fue descentralizar competencias, que hasta entonces gestionaban íntegramente el gobierno central,  para pasar a los diferentes gobiernos autonómicos. Es el caso de la Sanidad o la Educación, entro otras muchas.  También desde la entrada de España en la Unión Europea, ciertas asuntos se gestionan a nivel comunitario, es decir hay temas en los que gobierno central no tiene más remedio que adaptar la legislación nacional y sus decisiones a lo que se decida en Europa.Todavía quedan niveles locales, con la diputaciones y los ayuntamientos. Es decir, Pedro Sánchez no puede bajar o subir la tasa de basuras de Segovia capital; ni Mañueco decide, en caso de nevada, si se limpia antes la carretera de Abades o la de Espirdo.

Sorprende a estas alturas tener que poner esto en un papel. Supongo que muchos que lo leen, lo tienen ya claro. El problema es que muchos que no leen este periódico, ni cualquier otro… y que no tocan un libro con frecuencia, son los que más opinan con alegría en redes sociales y te fríen a memes a la que te descuidas. Me extraña especialmente con la cantidad de gente que anda preparando oposiciones, donde estudian un temario donde siempre cae la Constitución Española, el Estatuto de Autonomía y las Ley de Régimen Local y Procedimiento Administrativo. Alguno parece que echa de menos aquellos gobernadores civiles plenipotenciarios que tenían que llamar a Madrid hasta para poner una farola en la plaza de tal pueblo. Por favor, si opina, entérese primero a que ventanilla hay que reclamar.