David Matarranz

Segovia Pasión

David Matarranz


La Lotería de Navidad

18/11/2024

Me gusta jugar a la lotería. Será por la ilusión de conseguir un premio y poner en marcha un sinfín de proyectos descabellados gracias al dinero del premio, y sobre todo al colchón que supone tener dinero en la cuenta por si el experimento sale mal.

Hay que quien sueña con coches y casas de lujo, vacaciones paradisiacas sin fin, y los mayores lujos del planeta. No es mi caso, aunque a nadie le amarga un capricho. Pienso que de todo se cansa uno hasta de las vacaciones de lujo eternas, en cambio mientras haya proyectos e ilusiones, es señal de que sigues vivo.

Hago esta reflexión en plena campaña de venta de Lotería de Navidad. Las más clásica, y quizás en la que los premios no permiten retirarte a no ser que tengas la suerte de llevar varios décimos del número premiado con el gordo. Sin embargo es el sorteo que más nos ilusiona. La publicidad nos lo explica fenomenal, es por el aspecto social de la misma. Lo importante es compartir la alegría de un premio común.

En tiempos en los que importamos tantas tradiciones tan lejanas como el Halloween, los calendarios de adviento o los Panetone, reivindico algo tan nuestro como el sorteo de lotería de Navidad, con esa forma de cantar los premios durante horas, y que en España es el verdadero pistoletazo de salida del comienzo de la Navidad.

Este en año impartí un curso en el que la mayoría de los alumnos eran recién llegados de Latinoamérica. Muchos llevaban meses en España y descubrí sus caras de sorpresas cuando les expliqué como funcionaba el sorteo navideño. Es la magia de una lotería en la que no vas a obtener un premio supermillonario que te retirará para siempre, pero en la que participamos la gran mayoría.

Las loterías son los impuestos que pagamos con más alegría, pues el gran beneficiario es el Estado, que todos los años pilla un premio gordo importante. En 2022 logró ingresar casi 10.000 millones de euros por todos los juegos estatales. Ese es el rendimiento de lo que jugamos a la lotería nacional, primitivas, euromillones, quinielas y demás juegos. A esa cifra se suma la actividad y empleo que genera con 10.500 puntos de venta en toda España.

A estas cifras tenemos que sumar las del otro proveedor de juego en España como es la ONCE, que emplea unos 20.000 vendedores. Estos, además con la característica de ser trabajadores que tendrían dificultades de encontrar un empleo digno, pues cuentan con una discapacidad superior al 33%, con lo que a sus premios se suma un importante fin social de generar trabajo y recursos económicos para una parte de la sociedad que lo tiene un poco más difícil.

Centrándonos en el sorteo de Lotería de Navidad, quiero destacar el hecho social que supone. Son muchos los clubes deportivos, asociaciones culturales y vecinales y otras iniciativas populares que obtienen un buen pellizco económico de la venta de participaciones con recargo. Los que me tratan saben que en estas fechas a la que se descuidan les ofrezco la participación de mi cofradía de Semana Santa, el Cristo del Mercado. Para la cofradía, los ingresos de la lotería suponen un tercio de los ingresos anuales, y eso gracias a la colaboración de quienes la venden altruistamente en comercios del barrio y especialmente a quienes la compran. Cada año se repite el éxito y se agotan todas las participaciones.

Muchos buscarán el premio, pero muchos lo hacen por el apoyo y respaldo a la actividad que desarrollan. Cuando el día 22 de diciembre sacamos las participaciones y décimos de lotería podemos aplicar un estudio sociológico. Enséñame tu lotería, y sabré con quien te relacionas, donde vives y quien eres en definitiva.

Actualmente hay quien prefiere los décimos que tienen fácil cobro si hay premio, y en los últimos años se ha perdido la tradición de hacer participaciones en los bares y comercios. Estos permitían que los clientes del negocio compartieran la suerte en un número, y el propietario si conseguía un premio menor, se aseguraba que regresarían al negocio a canjear el premio, la mayoría de las veces con una compra. Los clientes jugaban muchos números en pequeñas porciones, algo que ahora con décimos a 20 euros dejar fuera a los menos potentados, perdiendo cierta popularidad.

Aunque queda más de un mes para el sorteo, les invito a comprar esas participaciones con recargo que ayudan a que se puedan llevar a cabo tantos proyectos con la recaudación obtenida. Y que si encima tenemos la suerte de obtener un premio, los periodistas que cubren la información de esa jornada tan especial puedan decir la frase tan manida de.. Se trata un premio muy repartido.