David Matarranz

Segovia Pasión

David Matarranz


Las ferias

26/06/2024

Pues ya están aquí las Ferias. San Juan y San Pedro, las fiestas de Segovia. Es una época especial, no tanto por el ambiente festivo que se desarrolla, como que es el paréntesis del año. El comienzo de las Ferias coincide con el final del colegio, lo que cuando eres niño, ya en sí es una muy buena noticia. Las fiestas son el preámbulo a un largo verano, y yo personalmente disfruto mucho de pensar que por delante vienen varias semanas más relajadas, vacaciones, piscina, campo y disfrute al aire en libre.

Para los niños que crecimos en el barrio del Cristo del Mercado, eran días especiales. El recinto ferial estaba ubicado en "Las Eras", que es como llamábamos al actual Parque de la Dehesa. Entonces era un descampado pelado donde jugábamos partidos de fútbol de gran intensidad contra los chicos del Cuartel o del barrio de San José, que a veces se convertían en partidos de alto riesgo. En estos días, la visita al recinto ferial a ver como montaban los cacharritos y luego a ver como los mayores conducían los coches de choque era un plan bastante atractivo en la infancia de los ochenta.

Todavía hoy te podría ubicar en ese espacio donde iban los coches de Santillan, el tren de la bruja o la Ola. Aquí la Churrería La Madrileña, y el primer puesto de todos, en la puerta del Hogar Centro de San José, la tómbola Cachichi.  Luego estaban las visitas al ferial con mis padres y hermanos para montar, en tres cosas solo eh, avisaban los mayores.

El recorrido terminaba tomando un chato de vino Montroy con sus autómatas maños tan fastidiados por el exceso de alcohol en sus vidas. Los mayores un vino, a los niños nos regalaban un canuto de barquillo, que rápidamente nos poníamos en la boca como si fuera un puro de esos que se fumaba mi padre cuando iba a ver a la Gimnástica en La Albuera. Ahora como padre, no puedo dejar el ferial sin pasar a saludar a los maños tan fastidiados ellos, y tomarme un chato de ese vino dulce cuya producción local se destina íntegramente a las ferias de toda España.

Luego ya más mayor, eran los conciertos y las verbenas lo que más nos llamaba la atención. En esos días teníamos mayor concesión horaria, y como éramos mayores, nos íbamos a la Plaza, y eso ya era otra cosa. Salíamos de los confines del barrio ya sin ir de la mano de nuestros padres.

No soy muy de música, pero no dejo de recordar el concierto de Celtas Cortos en la Plaza de Toros. El grupo pucelano, estaba en la cresta de la ola… y ese concierto lo viví en las primeras filas… donde se bailaba a empujones. Ya éramos mayores, y había que demostrarlo. Muchos años lucí la insignia de Celtas Cortos en la chupa vaquera que entonces llevábamos todos en el instituto.

Pero la realidad es que siempre he echado de menos un arranque de las fiestas más explosivo. Que envidia me da cada año cuando veo a los jóvenes de Cuéllar entonar el "A por ellos" en una plaza abarrotada, o en La Granja por San Luis y casi cualquier pueblo de nuestra provincia. Que no hace falta irse a los Sanfermines o ver bajar a Celedón en Vitoria.

Las fiestas de Segovia llegan con sigilo, sin hacer ruido, y no terminan de encontrar un momento de explosividad que aúne a la ciudad en un momento determinado. Quizás el momento más masivo e intergeneracional sea en el cierre. En los fuegos artificiales en la noche de San Pedro. Ese ohhhhh masivo que recorre el Paseo del Salón, Sancti Spiritu y las explanadas cercanas a la estación de Autobuses, es el momento en que toda Segovia se reúne para admirar los juegos y los colores de la pólvora. No hay diferencias de edades, clases sociales y barrios.

Es un momento de cierre de etapa. Sabes que con el último cohete empieza el verano, y cuando empiezas a tener edad piensas, bueno hasta el año que viene si no pasa raro, y no nos falte nadie cercano. Algo así como la Nochevieja del verano.

En conclusión, que las fiestas de Segovia, no serán las mejores, ni las más participativas en cuanto a peñas, pandas o grupos, con la excepción hecha a los fenómenos de San Andrés que triunfan cada año con su tajada, y están en lo alto del ranking de los que mejor se lo pasan en esta semana. Los segovianos somos de subir a la verbena en la plaza con la "rebequita" a mirar la orquesta y los jóvenes a hacer botellón, más que a desbarrar de modo masivo como en otros lados.

Pero lo que no nos negará nadie, es que son nuestras Ferias y Fiestas, y nos gustan. Así que todo el mundo a la calle a disfrutar como más gusten en cuanto oigan las dulzainas de Los Silverios acompañando a los gigantones Frutos y Fuencis. Es nuestra señal de que Segovia está en fiestas.