Marcelo Galindo.

Pare, mire, cruce

Marcelo Galindo.


Andar por las ramas

02/06/2024

Pasear por Segovia es un placer que todos los segovianos disfrutan a diario. Recorrer el centro histórico siempre ofrece alguna sorpresa relacionada con su ingente patrimonio artístico que lo convierte en un museo al aire libre en el que poder ver valiosos ejemplos de la historia del arte. Pero si palacios, iglesias y monumentos son valiosos, no lo es menos el patrimonio medioambiental, con un 'cinturón verde' entre los ríos Eresma y Clamores que nos acerca a la naturaleza a apenas cinco minutos del centro de la ciudad y otros espacios naturales como El Pinarillo, los jardines del Cementerio, el parque de La Dehesa o el propio Jardín Botánico, que forman parte de la estructura urbana de forma muy singular.

El Plan Director del Arbolado que el Ayuntamiento aprobó el pasado año cifra en más de 8.000 los árboles plantados en la ciudad no solo en los espacios antes citados, sino en un buen número de calles de la ciudad. Algunos de los ejemplares cuentan ya con una gran envergadura, fruto del paso del tiempo y del cuidado ofrecido durante años, ofreciendo sombra y cobijo a los ciudadanos.

Su necesaria presencia en la ciudad ofrece también problemas, relacionados precisamente con su crecimiento,y así lo hacía constar la pasada semana nuestro compañero Gonzalo Ayuso en el reportaje en el que denunciaba los problemas que causan las raíces de determinadas especies en aceras e incluso en las conducciones de saneamiento que discurren en el subsuelo de la ciudad, que además de causar daños que repercuten en la economía municipal, ponen en riesgo la integridad física de los transeúntes.

Por otra parte, existen zonas en las que la maleza crece de manera descontrolada, y esta tardía primavera está comenzando a hacer aflorar hierbas y arbustos en zonas como la calle Gutiérrez Mellado o en algunas plazas del barrio de Nueva Segovia, cuya densidad les convierten en refugio ideal para vecinos no deseados como roedores o insectos.

El cuidado del medio ambiente no debe circunscribirse en la ciudad al mantenimiento de los grandes espacios verdes - por otra parte manifiestamente mejorables en casos como el paseo por los valles del Eresma y el Clamores – sino también en otros pequeños entornos urbanos en los que la acumulación de maleza puede causar problemas no solo en primavera, sino también en verano, cuando la sequedad las agosta y les convierte en zonas de riesgo de posibles incendios. En este sentido, la colaboración ciudadana resulta fundamental para identificar aquellas más significativas, y el Ayuntamiento debe ser sensible a estas quejas y sugerencias.

A la hora de abordar nuevas plantaciones o la creación de espacios ajardinados, conviene tener muy en cuenta las características de las especies arbóreas o plantas a ubicar, cuyo desarrollo puede condicionar la vida de las personas. El desarrollo del Plan de Arbolado parece tenerlo en cuenta, y su aplicación no debe vincularse a la herencia política de anteriores gobiernos municipales. A la hora de contar con un entorno natural sostenible y que facilite la convivencia, nadie debe andarse por las ramas...