Marcelo Galindo.

Pare, mire, cruce

Marcelo Galindo.


Costuras y remiendos

07/12/2024

Pocas cosas hay que satisfagan más al ciudadano que ver máquinas y operarios trabajando en el arreglo del firme de sus calles. De esta satisfacción son conscientes los responsables municipales que dedican un buen pellizco de los presupuestos que surgen fruto de tasas e impuestos a mejorar las condiciones de las vías más baqueteadas por el constante paso de vehículos a través de los denominados 'planes de asfaltado' en el que la dirección política y el criterio técnico marcan los objetivos en los distintos barrios de la capital. En estos días, las intervenciones del plan correspondiente al presente año se han sucedido casi de forma simultánea en varios puntos de la ciudad, y ya se puede ver el resultado en algunos de ellos, ya que la rapidez en el trabajo marca hasta la fecha el desarrollo del plan.

Es bueno que este tipo de obras se realicen con agilidad, ya que en muchos casos están ubicadas en puntos neurálgicos de tráfico que no necesitan añadir problemas a los que ya tienen de por si, pero la rapidez debe ir acompañada de eficacia y calidad en el trabajo realizado, de manera que el asfaltado no requiera intervenciones posteriores. Una inversión que este año ha supuesto a las arcas municipales más de 560.000 euros no es moco de pavo, y en estos días que tanto se habla de impuestos y de control de gasto público, nuestros responsables municipales deben ser celosos a la hora de garantizar la calidad de las obras que se realizan en la ciudad. Ahorrar en el agua del canario no es entendible a la hora de abordar proyectos de esta índole, y los concursos públicos para la adjudicación de estas obras deben primar la calidad y la solvencia de las empresas frente a otros criterios.

¿Por qué digo esto?. Un somero repaso a lo realizado hasta ahora ofrece algunas sombras en cuanto a la durabilidad de las obras a medio plazo. Así, se pueden ver remates de dudosa perdurabilidad en zonas donde parece que solamente se ha llevado a cabo la distribución homogénea de la capa asfáltica sin tener en cuenta el desnivel de aceras o el alcantarillado. También pueden verse algunas pequeñas irregularidades en zonas ya asfaltadas que parecen generadas por el incipiente paso de vehículos quizá antes de lo necesario, sin hablar de las zonas en las que se ha reutilizado la pavimentación sobrante en Las Lastras o el Velódromo, que lucen ya charcos de lluvia que cuestionan la eficacia de esta medida.

Desde el Ayuntamiento se pide calma y se asegura que las obras no han terminado, lo que parece dar a entender que el proyecto no se dará por terminado hasta que se hagan todos los remates necesarios, y así cabe esperar que sea. Entiendo que el municipio cuenta con los medios necesarios para inspeccionar y validar las obras con arreglo a los criterios de calidad necesarios para que puedan entrar en servicio con garantías, y que los aplicará también en este caso, de manera que el asfaltado se haga con buenas costuras y no con remiendos.

Pero siendo muy importante, el plan de asfaltado es solo una acción más de las que el Ayuntamiento debe realizar para hacer las calles más habitables. El alcalde Mazarías llevaba a la reunión intermunicipal del PP celebrada en Valladolid la pasada semana el orgullo de contar con cuatro cuadrillas de acción rápida vinculadas a reparaciones puntuales en calles, aceras o alumbrado diseñadas para poder intervenir de forma eficaz, como ya se está realizando con mayor o menor éxito en lo que llevamos del actual Gobierno municipal. Es esta una buena iniciativa que complementa las acciones de mayor calado como el asfaltado, sobre todo a la hora de intervenir en imponderables como averías o mantenimiento diario, pero sería deseable que hubiera una programación plurianual que estableciera los criterios de intervención en las calles y plazas de Segovia, y que no obedeciera a circunstancias políticas o utilitarias a medida que se acercan fechas electorales, sino a criterios estrictamente técnicos. Manejar el dinero público no es sólo buscar la optimización de los recursos, sino hacer que se apliquen de forma eficaz y ecuánime, que no es poco...