El transporte público en Segovia – imagino que como en el resto de grandes capitales- es siempre motivo de debate y controversia. La calidad del servicio que se presta y sus variables como las frecuencias, los vehículos, la necesidad de nuevas líneas… son lugares comunes a la hora de analizar y valorar un medio de transporte que en Segovia concentra más de 1,2 millones de desplazamientos por la ciudad. Hablar de transporte público en una ciudad como la nuestra, donde la mayor parte de los recorridos a pie por sus calles y barrios pueden hacerse entre media hora y 45 minutos, puede parecer un contrasentido, pero la pirámide poblacional que evidencia el envejecimiento del censo segoviano hace imprescindible contar con un servicio cómodo y eficaz que permita a la ciudadanía desplazarse en tiempos razonables para poder realizar gestiones en el centro, compras en el centro histórico o en el extrarradio o acudir a consultas médicas en el Hospital General, por poner algunos ejemplos.
A la memoria de muchos segovianos vienen aquellos pequeños autobuses Avia que en los años 70 y 80 del pasado siglo discurrían por las calles de una Segovia asediada por los vehículos, que atravesaban sin rubor bajo los arcos del Acueducto. En aquella época, no había mucha preocupación por las frecuencias, lo que importaba es que el bus llegara más o menos puntual a las escasas paradas que había en la época, señalizadas mediante con unos modestos carteles y en ocasiones por la costumbre de esperar el autobús siempre en el mismo sitio. Los tiempos avanzan y antes de concluir el siglo XX, los pequeños autobuses fueron reemplazados por enormes autobuses – primero de color rojo y después de color verde...¿pistacho? procedentes en algún caso de la EMT madrileña cuyo sonido y traqueteo una vez dentro convertía en toda una aventura subir a un vehículo en el que el aviso de parada se hacía a través de un cordel del que el usuario tenía que tirar para hacer sonar un pequeño timbre para alertar al conductor. Fueron años donde no era fácil apostar por el autobús como medio de transporte, pero la decisión de cortar el tráfico bajo el Acueducto en 1992 evidenció la necesidad de contar con un servicio moderno y capaz de unir la ciudad.
Pero hubo que esperar casi una década hasta la tan ansiada modernización del transporte público, y la puesta en marcha (nunca mejor dicho) de este proyecto fue el banderín de enganche con el que Pedro Arahuetes consiguió la Alcaldía de Segovia. Volviendo a las imágenes, la de la nueva flota de autobuses en la Plaza Oriental junto al Acueducto fue la carta de presentación de un nuevo sistema que no sólo incluía más líneas y más frecuncias, sino también nuevos y mejores vehículos adaptados a todos los usuarios.
Quizá el "efecto arrastre" del éxito de esta medida ha hecho que las necesarias mejoras y actualizaciones se hayan ido aplicando con cuentagotas en este primer cuarto de siglo, para llegar a un punto en el que las exigencias de la ciudadanía vuelven a reclamar cambios. Si bien es cierto que las nuevas tecnologías han irrumpido con fuerza en la gestión y el diseño de las líneas, no es menos cierto que su aplicación deja bastantes dudas sobre su eficacia en Segovia.
Así, la aplicación diseñada para la información y el seguimiento de las líneas a veces no ofrece datos fiables para el usuario, que prefiere el método tradicional de esperar en la parada y preguntar "¿ha pasado hace mucho" al que espera en la marquesina antes que consultar en su teléfono móvil. De igual modo, la implantación de los datáfonos que permiten el pago con tarjeta en vehículos de algunas líneas da algún que otro "susto" a los usuarios al no leer la tarjeta y tener que rascarse el bolsillo en busca de monedas. Por otra parte, en una ciudad como Segovia, el vehículo eléctrico debería ser obligado en el transporte público, eliminando de las calles los de combustión convencional en todas sus líneas. Son solo algunos detalles que, de resolverse, harían mucho más atractivo coger el autobús. Otro día, si les parece, hablaremos del precio del billete o de la actualización y estado de las marquesinas…